A Steven Luzardo lo tomó por sorpresa la visita de brigadistas del Servicio de Erradicación de la Malaria (SNEM) para hacer inspección en su casa.
Sin poner mayores reparos y luego de verificar sus credenciales, el joven habitante del populoso sector de Esmeraldas Chiquita, en el sur de Guayaquil, permitió el paso a dos de los promotores de salud, quienes directamente fueron al patio de su casa.
Luzardo se llevó las manos a la cabeza cuando los brigadistas, a la primera revisión, le mostraron un balde lleno con larvas de mosquito.
La inspección continuó por el patio de tierra, donde se almacenaban vetustos objetos, en medio de corrales para gallinas y árboles de frutas tropicales. Allí los miembros del SNEM encontraron otros recipientes con más larvas del Aedes Aegypti, causante del dengue, fiebre amarilla y otras enfermedades infectocontagiosas.
Inmediatamente la cuadrilla botó el agua y dejaron los recibientes ‘boca abajo’ para evitar que se vuelvan a llenar de agua. En los baldes, en cambio, echaron abate, que es un polvo que evita la proliferación de las larvas de estos insectos por un tiempo prolongado.
Luzardo reconoció que ha visto en los distintos medios de comunicación acerca de las precauciones que se deben adoptar para evitar los criaderos de mosquitos en las casas, pero admitió que no las ha puesto en práctica.
Luego de brindarle una charla sobre cómo debe eliminar los criaderos de mosquitos y mantener la limpieza en su patio, los brigadistas se retiraron a las casas vecinas.
El barrido sanitario prosiguió en otras viviendas del sector, en las que se encontraron los mismos problemas. Muchos moradores dijeron que almacenan agua para bañarse y dar a sus animales, pero sin ponerles la respectiva tapa.
A criterio de Félix Beltrán Ayala, director del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM), la falta de colaboración de la ciudadanía sobre las formas de contrarrestar el dengue es la principal causa para que este mal se haya propagado en los últimos tiempos.
El funcionario señala que las campañas han sido permanentes por radio, prensa escrita y televisión, así como en folletos en los distintos centros del Ministerio de Salud Pública (MSP), pero la ciudadanía no aplica consejos tan sencillos como tapar los reservorios de agua y eliminar cualquier objeto que pueda depositar agua limpia, que es donde se desarrolla el insecto.
Señaló que el SNEM trabaja todo el año en la prevención con visitas domiciliarias para enseñarles a las familias como debe controlar los criaderos de los mosquitos y hay el compromiso del Gobierno Nacional para reforzar con recursos humanos estas tareas de capacitación a la ciudadanía.
Respecto a la fumigación dijo que si bien es importante no es lo fundamental porque el efecto dura una o dos horas cuando se bota el insecticida hasta que cae la gota al piso y solo mata al mosquito adulto o a los que están volando. “Cada mosquito adulto pone hasta 150 huevos, es decir que con la fumigación abarcamos una facción muy pequeña”, explicó.
De igual manera, la abatización no es tan efectiva porque luego de colocar el producto en un recipiente va perdiendo la efectividad con cada cambio de agua. Beltrán indicó que el abate dura hasta 18 cambios de agua y eso es más o menos un mes.
“Si nosotros invirtiéramos todo lo que se gasta en el país en insecticida en capacitación tendríamos mejores resultados”, indicó Beltrán, al tiempo que señaló que solo la compra de un año de insecticida equivale a tres años de capacitación casa por casa con tres visitas anuales de seguimiento.