«Durante la proyección de un video realizado por sus abogados en base a los datos del radar, Schettino explicó paso a paso todas las órdenes que dio antes y después del choque con las rocas y las razones por las que las impartió», declaró uno de los expertos presentes, quien quiso mantener el anonimato.
El capitán del crucero obtuvo en forma excepcional la autorización de hablar ante el tribunal de instrucción de Toscana para aclarar aspectos técnicos relacionados con los datos de la caja negra.
Durante la instrucción del juicio es habitual que intervengan sólo abogados, expertos y fiscales y que los imputados eviten tomar la palabra.
Según el diario La Repubblica, Schettino empleó términos muy técnicos para ilustrar todas las fases que precedieron y sucedieron al choque contra el escollo de la isla del Giglio.
El capitán reivindicó sobre todo la maniobra que permitió que la nave acabara encallada en las rocas en una superficie no tan profunda, con lo que evitó que se hundiera completamente y que la tragedia adquiriera dimensiones mayores.
Schettino sostiene que gracias a su pericia logró salvar a la mayoría de los pasajeros.
El proceso de instrucción inició el pasado lunes y deberá establecer si le abren un juicio penal por el naufragio.
El «hombre más odiado de Italia», como lo tilda la prensa local, ha aceptado dar la cara, convencido de que no es el único responsable de la tragedia, ocurrida el fatal 13 de enero con a bordo 4.200 personas.
El comandante debe responder por homicidio, naufragio y abandono de la nave.
Otros seis miembros de la tripulación y tres dirigentes de la firma Costa Crociere, propietaria de la embarcación, también han sido acusados.
«Se convirtió en una batalla entre el comandante y la compañía de navegación Costa Crociere», escribió La Repubblica, al recordar que el capitán fue despedido de su puesto en julio.
La defensa de Schettino «va a evidenciar los errores» de la firma, con un documento que indica al menos 200 puntos, adelantó.
Por su parte, la compañía sostiene que cumplió con la normativa de seguridad y reiteró en un comunicado que el comandante del barco es el responsable de la embarcación y que tiene el deber de informar tempestivamente a la capitanía del puerto sobre lo ocurrido y que «no le corresponde a la unidad de crisis ni en general a la empresa», uno de los mayores puntos de fricción.
La batalla legal acaba de iniciarse y es posible que vayan a ser convocados a Grosseto numerosos expertos, almirantes de marina y hasta simples camareros del llamado «Titanic del siglo XXI».
AFP