Estudios realizados por el Instituto de la Niñez y la Familia (INFA) indican que uno de cada cinco niños en Ecuador no tiene un adecuado desarrollo intelectual. Esta deficiencia no es genética, sino que está asociada a una serie de factores relacionados con la nutrición, la estimulación temprana e incluso el nivel de escolaridad de los padres.
Los análisis también señalan que el 19% de los niños de las familias más pobres son los más vulnerables por sus condiciones de vida. Así, entre los 0 y 3 años no logran desarrollar de manera óptima su capacidad intelectual, mientras que en la clase media la cifra es del 9% de niños de la misma edad que no logran un desarrollo intelectual óptimo.
“Creciendo Juntos” es una iniciativa planteada por el Ministerio de Inclusión Social y Económica (MIES) para fortalecer el desarrollo infantil. Promotores capacitados brindarán orientación a familias que tienen bajo su cuidado niños de entre 0 y 3 años.
Ellos capacitarán a las madres y a los padres en el cuidado de sus hijos, entregarán suplementos nutricionales y controlarán el cumplimiento del plan de desarrollo de niños y niñas. La atención anual a un niño en el programa «Creciendo Juntos» tiene un costo de $560.
Otra estrategia del MIES para fortalecer el desarrollo infantil integral es mejorar la atención que prestan los Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV), encargados de prestar servicio a los niños de entre 1 y 3 años.
La atención anual a un niño que acude a los CIBV tiene un costo de $1.200. El objetivo es aumentar el alcance de este servicio en el futuro y para eso construirán 1.000 centros hasta el 2016. En todos ellos trabajarán profesionales en el cuidado de infantes.
Heckman Stixrud, catedrático de la Universidad de Chicago, indica que la inversión en desarrollo infantil integral “incrementa la habilidad no cognitiva a los niveles más altos, reduce casi a cero la probabilidad de deserción en la secundaria y disminuye problemas de violencia y tabaquismo”.
Datos del INFA informan que Ecuador ocupa el sexto lugar en el ranking de desarrollo infantil de América Latina, por debajo de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Colombia. Ratifica también que es importante la corresponsabilidad de la familia y la comunidad en los programas que involucran el desarrollo infantil.