El gremio de los transportistas de la provincia del Carchi, fronteriza con Colombia, optará por el reencacuche. En esta zona del Ecuador es donde hay una concentración importante de este sector, llegando a más de 3.000, según los registros de la Asociación de Transporte Pesado de la provincia.
Se considera vehículo de transporte pesado desde las camionetas 350 de 6 ejes, hasta los remolques de 22 ejes.
“Una llanta para camión cuesta alrededor de 700 dólares. Los transportistas se ven obligados a cambiarlas, por lo menos tres veces en el año”, dice Andrés Córdova, director del Ministerio de Industria y Productividad de la provincia.
Esta dependencia busca concienciar a los transportistas para crear una cultura de la reutilización de este insumo que también ayudará a reducir emisiones de CO2 (se usan 22 galones de petróleo al producir una llanta) y disminución de desechos sólidos.
Juan Carlos Lara, conductor de remolque desde hace más de 20 años, indica que este es uno de los gastos más fuertes. Tiene que acceder a créditos con locales de venta de llantas.
“A esto hay que sumar el gasto más importante que es el combustible y los repuestos. Sí estaría dispuesto a entrar a una iniciativa así», menciona.
Sobre ello, Córdova manifiesta que se trabajará con dos empresas ecuatorianas que pondrán toda la tecnología necesaria para que la banda de rodamiento de la llanta tenga mayor resistencia.
Una llanta nueva tiene una vida útil de entre 50.000 y 60.000 kilómetros. Se espera que las llantas reencauchadas tengan una vida útil de por lo menos un 80% o 90% igual a la nueva.
Sin embargo, para un buen reencauche es necesario que el casco de la llanta esté en buenas condiciones para realizar este proceso. Según Guillermo Pozo, presidente de la Asociación de Transporte Pesado del Carchi, esta parte de la llanta es la que más se desgasta. Esto, debido a varios factores.
“El que se pueda reencauchar depende también del buen manejo. Por ejemplo, que el chofer no use mucho el freno. También que sepa manejar a la velocidad adecuada dependiendo de las condiciones climáticas porque en el calor las llantas suelen sobrecalentarse y reducir su vida úti”, menciona Pozo.
Según información de Erco, empresa que fabrica llantas, el reencauche significó un ahorro de 35 millones de dólares para el transporte ecuatoriano. El renovado de llantas evitó la importación de 178 410 unidades de camión nuevas. Esto significa un ahorro en salida de divisas por 57 millones de dólares.
En tanto que a cada chofer, según Pozo, permitirá tener mayor ahorro. Incluso, hasta del 50% por ciento en la compra de llantas.
Por ejemplo, Juan Carlos Lara, quien gasta anualmente cerca de 6000 dólares en su remolque de 18 ejes, podrá gastar 3000. Sus viajes por lo general son hasta el puerto de Guayaquil. Desde la frontera hasta el puerto y otras ciudades donde lleva arroz, cerveza o materiales de construcción.
Entre las razones que expone para no reutilizar sus llantas es que los resultados no le han sido satisfactoritos.
Para el MIPRO, las razones más importantes es la ausencia de normas técnicas en este proceso, incumplimiento en la Ley de Trásnsito y Transporte Terrestre, por problemas mecánicos de los vehículos, entre otras.