El avión cisterna C130 de Brasil llegó hasta Chilla, en El Oro, pero solo sobrevoló la zona por tres ocasiones sin encontrar los focos de fuego.
El objetivo del avión extranjero era combatir las llamas desde tempranas horas. Las coordenadas estaban definidas y los puntos por rociar eran las montañas cercanas a Pueblo Viejo y en el sitio conocido como La Laguna. Zoilo Matailo, jefe político del cantón Chilla, explicó que el avión brasileño voló alto y no arrojó agua. El avión posteriormente regresó hacia Guayaquil.
Rosa Cabrera, directora de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) de El Oro, informó que el objetivo del avión era rociar agua desde las 10:00, teniendo como prioridad las montañas de Chilla. “La finalidad del avión cisterna era lanzar agua a las zonas rocosas donde el personal humano no puede llegar, también a las plantaciones que ya se han quemado y evitar que se vuelvan a prender”, añadió.
La funcionaria explicó que por razones de logística el avión se retrasó, ya que en la provincia de El Oro no hay maquinaria especializada para estos casos. “Era imposible que el avión se abastezca de agua en el aeropuerto de Santa Rosa, ya que para eso necesitábamos un montacargas exclusivamente para la nave y una rampa automática que se requiere”, manifestó la principal de la SNGR en El Oro.
El punto de partida de la nave era Guayaquil, desde donde se dirigiría a Chilla. Allá seis tanqueros lo esperaban para abastecerse de agua. Estaba previsto que después de que el avión echara el líquido, personal militar interviniera removiendo la tierra mojada para que el fuego quede completamente apagado y evitar que se vuelva a prender con el fuerte viento que sopla en la zona.
Asimismo, se tenía previsto que la nave rocíe agua en las montañas de Zaruma, específicamente en la parroquia Guanazan, donde el último fin de semana las llamas se salieron de control. Sin embargo, bomberos de la localidad y de Santa Elena, junto con los comuneros, lograron controlar el fuego, que en ese lugar cobró una víctima el pasado miércoles.
Dunquer Carrión, jefe político de Zaruma, dijo que en el sector Guagrapamba de Corredores se quemó parte del bosque de pinos y los bosques primarios. También en el sector de Clavelillos se incendiaron pajonales y plantaciones de pinos. De Guagrapamba el siniestro pasó a Aguarongo, donde hay viviendas en medio de los predios. Los bomberos, miembros del Ejército y voluntarios seguían ayer en las zonas afectadas. Desde el jueves pasado se sumaron a la acción 32 bomberos de la provincia de Santa Elena y 50 militares de Infantería y Caballería.
Azuay y Cañar con leves lluvias
En las provincias de Azuay y Cañar, breves lluvias volvieron a caer este domingo, pero no fueron suficientes para aumentar los caudales de los ríos y evitar más incendios.
Sin embargo, ayer fue un día con menos trabajo para los voluntarios del Cuerpo de Bomberos, porque casi no se registraron llamadas de auxilio por incendios forestales, que permitió un breve descanso luego de varios días de emergencias.
Mientras tanto, los lechos de los ríos disminuyen a diario.
Los malos olores se han proliferado en sus orillas debido a que la poca agua no arrastra los desperdicios que se quedan entre las piedras. En el río Tomebamba el caudal es considerado bajo por las autoridades.
Este río sirve para abastecer las plantas de tratamiento de agua potable de los cuencanos y para abastecer, junto con los demás ríos, la presa de Mazar y posteriormente la Central Paute.
Ayer, luego del mediodía, leves lluvias cayeron en la ciudad y también en los cantones Paute y Gualaceo, pero no fueron suficientes para remediar el problema originado por los incendios forestales. Un helicóptero del Ejército inspeccionó Azuay y Cañar.