En Chile «se está desarrollando un incipiente terrorismo interno», aseguró Hinzpeter en declaraciones a radio ADN, al referirse al centenar de detonaciones de artefactos explosivos en los últimos cuatro años, casos por los que a la fecha no existen detenidos ni se ha identificado a los autores.
Según Hinzpeter, esa falta de resultados y la detención el mes pasado de un joven paquistaní en la embajada de EE.UU. en Santiago por presunto porte de explosivos «son señales claras de este incipiente terrorismo criollo».
Las bombas que han explotado en Santiago y en otras ciudades han sido en su mayoría de fabricación artesanal, acciones que fueron reinvindicadas por grupos anarquistas.
Un miembro de esos grupos es hasta ahora la única víctima, al explotar en mayo de 2009 una bomba que transportaba en una mochila mientras viajaba en bicicleta por un sector de Santiago.