El gobierno de Estados Unidos emitió hoy una norma que obliga a las centrales generadoras de energía a reducir drásticamente las emisiones de algunos gases contaminantes, con el objetivo de mejorar la salud de los ciudadanos.
La normativa afecta a 31 estados del centro y este de Estados Unidos, incluida la capital, y tiene como propósito limitar la polución que sale de las chimeneas de las plantas, en particular de las que usan carbón para crear electricidad.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) colocó como meta una reducción del 52 por ciento en las emisiones de óxido de nitrógeno y del 71 por ciento de dióxido sulfúrico para 2014.
Con esta medida se evitarán un máximo de 36.000 muertes prematuras, 23.000 ataques al corazón y 1,9 millones de días de trabajo o escuela perdidos debido a los efectos de la contaminación, según la EPA.
Además, con ello, el país se ahorrará 120.000 millones de dólares en gastos de salud al año, una cantidad que compensa con creces los 2.800 millones por año que le costará a las empresas cumplir con la nueva normativa, de acuerdo con esa agencia.