Calles lodosas, sin asfalto, agua limpia depositada en recipientes destapados y malezas altas creciendo en los terrenos baldíos forman parte del panorama del bloque 21 de Flor de Bastión, barrio en el que se registró el primer caso de dengue hemorrágico de 2012, enfermedad que provocó la muerte de una menor.
Los vecinos consultados concuerdan al decir que las fumigaciones en la zona recién iniciaron el martes, tras conocer que la menor falleció contagiada por el virus.
Hasta ayer, 100 personas que habían sido picadas por el aedes aegypti contrajeron dengue clásico y tres el dengue hemorrágico.
Las personas contagiadas viven en los sectores de Pancho Jácome, Flor de Bastión, Sauces, Durán, Guasmos y la calle 16.
El año pasado se registraron 2.177 enfermos de dengue clásico y dos personas fallecieron.
El personal médico del centro de salud ubicado en Flor de Bastión (área 11) se encontraba realizando un cerco epidemiológico, mientras que funcionarios del cabildo recorrían ayer la zona, fumigando los domicilios.
Para Marisela Silva, cuya casa está ubicada a dos cuadras de donde vivía la menor fallecida, el que no se hayan realizado fumigaciones periódicas desde que iniciaron las lluvias incide en estos contagios.
“Mi terreno está legalizado, pero aquí no vemos obras ni alcantarillado, vivimos sobre el lodo en invierno”, lamenta la mujer, quien también se queja de la atención recibida en el subcentro de salud.
“Mi hija tiene síntomas de dengue, hoy mismo la voy a llevar a Infectología, porque como no tiene fiebre, en el subcentro no aprueban que se haga los exámenes”.
Rosario Cantos, directora provincial de Salud, reconoce que la ausencia de alcantarillado y pavimentación incide en la aparición de enfermedades como el dengue, la salmonelosis y tifoidea.
“Que no haya suministro de agua entubada incide en la aparición del dengue clásico, porque las personas guardan el agua en tanques sin tapa o hay represas de agua cristalinas o medio turbias”.
Otros sectores presentan el mismo cuadro de insalubridad que Flor de Bastión. En la cooperativa Sergio Toral la basura se desparrama con la llegada de la lluvia.
Luz Cedeño, Narcisa Bazante y Lorena Maldonado, vecinas del sector, coinciden en que la fumigación a esta zona no ha llegado.
“La niña está enferma, me dijeron primero que tenía dengue, después tifoidea, yo la voy a llevar al hospital de Infectología para que la vean”, señala Bazante, muy preocupada.
En los dos sectores se registra una alta presencia de vectores, mayor a la que se puede sentir en otras áreas de la ciudad.
