Un estudios del Observatorio de la Niñez y la Adolescencia dice que el trabajo infantil en el Ecuador bajó en los últimos seis años un 3%. En 2004, unos 765 mil niños y niñas trabajaban (15%), mientras que en 2010 se redujo a 612 mil (12%), es decir, 153 mil menos.
En el Ecuador habitan 5,1 millones de ciudadanos menores de 18 años y el estudio fue realizado en una muestra de 3 135 hogares a escala nacional, a excepción de Galápagos.
Las reducciones se observan en los grupos de mayor riesgo, es decir en aquellos que solo trabajan y en los que no trabajan y no estudian.
Asimismo, el análisis reveló que la reducción más importante ocurrió en el campo, donde se concentra la mayoría de los niños y niñas trabajadores. Esto tiene que ver con las transformaciones ocurridas en las zonas rurales del país (como la migración), que provocaron una disminución importante de su población económicamente activa.
Actualmente, dos de cada 10 niños y niñas habitantes del área rural trabajan, es decir el doble de los que laboran en las ciudades. Otro dato relevante es que el trabajo de niños y jóvenes es más frecuente en hogares indígenas.
Al momento, la mayor parte de la niñez trabajadora estudia. Un poco más de tres de cada cuatro niños y niñas que trabajan también asisten a la escuela, una cifra mayor a la que ocurría en el 2004, donde solo seis de cada 10 podía hacerlo.
El Observatorio señala también que en 2004 el 6% de los infantes entre 5 a 17 años solo trabajaba y el 8% adicional no trabajaba ni estudia. En la actualidad, el 3% no trabaja y 5% no trabaja ni estudia. Sin embargo, la proporción de pequeños que no trabaja ni estudia sigue siendo el doble en el campo que en las ciudades.
La cifra más alarmante, a decir del Observatorio, es que uno de cada 10 adolescentes no trabaja ni estudia. Así también que los varones trabajan con mayor frecuencia que las niñas y los escolares. En 2004, el 19% de los niños de 5 a 17 años trabajaba, en comparación con el 11% de las niñas. Para el 2010, la reducción más importante se observa en los varones (14%), en tanto que para las niñas la cifra se mantiene igual.
El documento hace énfasis en que la proporción de infantes que debe trabajar aumenta con la edad. Además, la Sierra es la región con mayor porcentaje de pequeños trabajando. En esta región, con importante presencia indígena, la quinta parte de los niños y adolescentes debe trabajar.