Durante su discurso en la reunión que se desarrolla en Bolivia, el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, señaló que 18 países del continente apoyan que la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que radica en Washington, se establezca en un de los países miembros de la convención sobre esta materia.
La II Conferencia de Estados Parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos se celebra este martes en el pueblo de Tiquipaya, aledaño a la ciudad central de Cochabamba, para dar seguimiento a una cita similar organizada en Guayaquil el 11 de marzo pasado.
Según Patiño, desde esa reunión, donde por primera vez se planteó de manera formal y escrita la conveniencia de trasladar la sede de la CIDH, la propuesta ha sumado apoyos.
«Hoy ya son 18 los Estados, entre Estados parte y no parte, que se han pronunciado individualmente o a través de voceros y comunicados oficiales sobre la pertinencia de implementar esta medida. Son 18 estados que han dicho que sí, consideran que la sede de la CIDH debe estar en un estado parte», subrayó el canciller ecuatoriano.
El argumento central para defender el traslado de sede es que Estados Unidos no ha suscrito hasta ahora la citada convención.
Dentro de las últimas reuniones regionales se ha hablado de la posibilidad de que Perú, Costa Rica o Argentina puedan acoger la sede de la CIDH.
Patiño también planteó formar una comisión para hacer un «verdadero análisis» de las relatorías de la CIDH y definir sus características, porque salvo la de Libertad de Expresión, las demás son «casi de papel» o «instituciones inexistentes».
El canciller dijo que su colega de Brasil, Antonio Patriota, sugirió además que no solo se hagan visitas para motivar a los países que no son miembros de la convención a adherirse, sino que se planifique una reunión de ambos grupos de naciones para debatir los temas.
Antes de Patiño, el ministro boliviano de Exteriores, David Choquehuanca, consideró que dado que son los países los que han creado los mecanismos del sistema de derechos humanos, deben ser éstos los que vigilen su funcionamiento para que responda a nuevos desafíos.
Más temprano, en su discurso de apertura, el presidente anfitrión, Evo Morales, sostuvo que es necesaria una Organización de Estados Americanos (OEA) que «no esté al servicio del imperio, que represente a toda América y a los distintos sectores sociales» del continente.
Sobre la CIDH dijo que «quiebra principios elementales de igualdad y al mismo tiempo de universalidad».
«La CIDH termina encubriendo la violación de derechos humanos en Estados no signatarios de la convención. Elabora informes sobre Bolivia, Haití, Ecuador, Nicaragua, pero tiene amnesia sobre Estados Unidos. ¿Dónde está la CIDH (…) frente a los casos de torturas y detenciones indebidas en Guantánamo?», cuestionó.
Asimismo dijo que los que más defienden esta instancia son los empresarios dueños de los medios de comunicación y fuerzas conservadoras. «Se oponen a las reformas, porque si la CIDH se democratizara dejaría de parcializarse y valoraría la libertad de prensa más que a los negocios y empresarios, y al mismo tiempo se terminaría la censura de los empresarios sobre sus trabajadores», subrayó.
En la reunión de Cochabamba participan hoy, además del canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, sus homólogos de Argentina, Héctor Timerman; de Brasil, Antonio Patriota, y el anfitrión, David Choquehuanca.
En total asisten 20 representaciones de los 23 convocados a esta reunión organizada a instancias de Bolivia y Ecuador, países de la Alianza Bolivariana de los Puestos de Nuestra América (ALBA), que impulsan los cambios en el sistema americano de derechos humanos.