Tras superar inconvenientes iniciales, sobre todo en Carchi, el proceso de implementación de venta de gas licuado de petróleo (GLP) a través de tarjetas inteligentes avanza en las provincias fronterizas del país.
De acuerdo con información de la oficina en Tulcán de la Agencia de Regulación y Control de Hidrocarburos (ARCH), hasta agosto se tenían registradas 39.150 tarjetas entregadas en la provincia.
Asimismo, el proceso es ajustado en la provincia de El Oro. Por lo pronto, se realizó un censo en la población de Huaquillas para determinar el número exacto de documentos de identificación necesarios para el expendio del carburante en esa zona. Resta que lleguen los aparatos lectores de las tarjetas para que se empiece con la venta controlada del gas.
Entre tanto, los habitantes del cantón orense de Santa Rosa solicitaron que se los incluya en el esquema de comercialización. Del mismo modo, el sistema avanza en Loja. En Macará ya arrancó el proceso de consolidación de datos para la entrega de tarjetas, el cual culminará a fines de mes. Luego seguirán Zapotillo y Sozoranga.
El sistema tiene por objetivo ejercer control sobre el número de cilindros que consumen las familias de las zonas fronterizas, a fin de evitar el contrabando del hidrocarburo hacia Colombia, en unos casos, y hacia Perú, en otros.
En la tarjeta se menciona el nombre completo y el número de cédula de los solicitantes. Asimismo, se hace referencia a la categoría, si es comercial o gas de uso doméstico. “Este sistema fue implementado para controlar el tráfico de combustible en la zona de frontera”, afirmó Fernando Karolys, director de ARCH Norte.
La tarjeta es similar a las que entregan los bancos para el débito de dinero y tiene un chip que contiene información que garantiza la entrega de los cilindros que correspondan a cada familia. Los vehículos distribuidores tienen un lector que permite conocer estos datos.
Según el número de integrantes de una familia, se entregan los cilindros de gas cada cierto tiempo. Por ejemplo, si hay solo un integrante, recibe dos cilindros cada 30 días; si son dos por familia, reciben dos cilindros cada 26 días; si son tres integrantes reciben dos cilindros cada 20 días; y así sucesivamente hasta llegar a una familia de 10 o más personas. Ellas recibirán dos cilindros cada 11 días, según la tabla elaborada por la ARCH y el Ministerio de Recursos Naturales No Renovables.
El contrabando de gas es un viejo problema de las fronteras ecuatorianas debido a lo rentable que significa llevar el gas subsidiado que se vende en el Ecuador a los países vecinos, donde se lo expende a precios mayores.
Así, por ejemplo, mientras el cilindro del hidrocarburo se vende en $ 1,60 en el país, en Colombia su costo es de entre $ 18 y $ 20. Es por ello que, de acuerdo con un estudio de la empresa colombiana Energás, cerca de 26 mil cilindros pasan cada mes desde Ecuador.