Los diputados de Argentina sancionaron ayer la ley aprobada por el Senado que expropia a la española Repsol el 51% del capital de la petrolera YPF, por amplia mayoría y con el argumento de que la estatización aliviará el creciente déficit energético.
La iniciativa enviada por la presidenta Cristina Kirchner mereció represalias comerciales de España y duras advertencias en defensa de las inversiones extranjeras de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), pero cosechó en la cámara baja 207 votos afirmativos, 32 negativos y seis abstenciones.
“Repsol no invirtió en Argentina porque pusimos el precio en 50 ó 60 dólares, para que la economía crezca, y no el internacional que nos pedían”, justificó el proyecto en el discurso que cerró el debate el jefe del bloque oficialista, el peronista Agustín Rossi, tras una maratónica sesión que duró dos días.
La votación hizo estallar festejos de activistas con cánticos y carteles en las galerías del recinto y de una multitud que agitó banderas y arrojó fuegos artificiales alrededor del Palacio del Congreso.
La ley transfiere al Estado el control de la compañía (51%), intervenida desde el 16 de abril, y disminuye el capital de Repsol de 57,43% a 6,43%, en tanto que el local Grupo Petersen conserva su 25,46% y el mercado bursátil retendrá su 17,09%.
Para la aprobación de la norma dieron su apoyo casi todos los miembros de la segunda fuerza legislativa, la opositora Unión Cívica Radical (UCR, socialdemócrata), y el Frente Amplio Progresista (FAP, socialista, centroizquierda), segunda fuerza política en las presidenciales de octubre de 2011.
El bloque de 11 miembros que votó en contra fue el del partido Propuesta Republicana (PRO, derecha), cuya voz cantante, Paula Bertol, dijo que “se busca tapar la pésima política energética del gobierno”.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García Margallo, deseó ayer en Madrid que Argentina siga el ejemplo de Bolivia en la expropiación de la filial de Red Eléctrica de España (REE) y pague “un justo precio” por YPF.
La principal petrolera española estima en 10.500 millones de dólares la participación en YPF que le ha sido expropiada, mientras que el viceministro argentino de Economía, Axel Kicillof, puso en duda ese cálculo acusando a Repsol de ocultar 9.000 millones de dólares de deudas acumuladas en YPF.