Un grupo de científicos de la Universidad de Michigan ha desarrollado una nueva prueba de orina que detecta el riesgo de cáncer de próstata y que podría servir de indicador sobre la necesidad de practicar o no una biopsia.
Según un estudio publicado en Science Translational Medicine, los investigadores aspiran a que este test ayude a los hombres que presentan una presencia elevada del antígeno PSA en la sangre a decidir si pueden retrasar o eludir la biopsia, una prueba que, aseguran, conlleva riesgos para el paciente.
La prueba detecta una anomalía genética que se produce en el 50 % de los cánceres de próstata, cuando se fusionan los genes TMPRSS2 y ERG.
Sin embargo, como esta fusión solo aparece en la mitad de los casos, los investigadores optaron por incluir en la prueba otro marcador tumoral, el PCA3. Una combinación que aporta más datos para la detección del cáncer de próstata que la de cualquier de estos marcadores individualmente.
Para efectuar el estudio los científicos analizaron muestras de orina de 1.312 hombres en tres centros académicos y siete hospitales.
A partir del test, dividieron a los pacientes en tres grupos según el riesgo que tenían de padecer cáncer: bajo, intermedio y alto.
Después compararon los resultados de la prueba de orina con los de las biopsias a las que se sometió a los pacientes y los resultados se correspondían.
Las biopsias revelaron la presencia de cáncer en el 21 % de los casos que la prueba había determinado como de bajo riesgo; en el 43 % de los del grupo intermedio y en el 69% de los del grupo alto.
Además solo el 7% de los hombres para los que se había estimado riesgo bajo fueron diagnosticados con un tumor agresivo, mientras que sí recibieron este diagnóstico el 40% de los que pertenecían al grupo de alto riesgo.
Según el equipo de científicos, hay muchos más hombres que tienen una elevada presencia del antígeno PSA en la sangre que los que realmente padecen cáncer de próstata.