El pasado 29 de marzo, la Cancillería de Ecuador envió una nota de protesta a la Embajada de Honduras, mediante la que transmite “su más enérgica protesta por la referida invitación al expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana, y sobre quien recae una sentencia condenatoria en firme a ocho años de prisión por el delito de cohecho agravado” por el caso Sobornos 2012-2016.
Cancillería también recalcó que “la prevención y la lucha contra la corrupción debe ser un imperativo y responsabilidad de todos los Estados”. El Gobierno de Ecuador espera que en ese sentido, las relaciones bilaterales con Honduras se basen en la cooperación en contra de este “flagelo”.
Esto se da porque Xiomara Castro, nueva presidente en Honduras, recibió al expresidente Correa para “intercambiar las experiencias y buenas prácticas que tuvo durante su gobierno”, enfatizando en el ámbito económico. Según declaraciones del canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, Correa es “un amigo del pueblo hondureño” y estuvo en los “momentos difíciles durante el golpe de Estado” que ocurrió en junio de 2009 contra el expresidente Manuel Zelaya, esposo de la actual presidente.
La Secretaría de Prensa de Honduras también publicó un comunicado sobre la visita de Correa, como “una muestra más del interés de personalidades internacionales de conocer el plan de gobierno de la primera mujer presidenta de Honduras”.