El pasado 29 de mayo tuvo lugar la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. Entre los 8 contendientes Gustavo Petro y Rodolfo Hernández fueron los 2 más votados entre los colombianos que acudieron a las urnas. Con el 99,99% de las actas escrutadas, Petro y Hernández obtuvieron el 40,32% y el 28,15% de los votos, respectivamente. Esto se puede interpretar como un “hartazgo” por parte del electorado frente a la forma tradicional de hacer política en ese país, ya que ambos candidatos representan propuestas diferentes. El candidato de la coalición de la derecha Federico “Fico” Gutiérrez quedó en tercer lugar con el 23,91% del total de los votos, siendo el candidato más votado por los colombianos en el exterior.
¿Gustavo Petro?
Petro, por su parte, representa un cambio desde los sectores de la izquierda, y podría convertirse en el primer presidente de esa tendencia en Colombia. El candidato del Pacto Histórico no cuenta con el apoyo de los partidos tradicionales y tiene una agenda de cambio en cuanto a la matriz económica del Estado y las políticas de bienestar. No obstante, Gustavo Petro no es un outsider de la política colombiana. Fue alcalde de Bogotá entre 2012 y 2016, además pasó a segunda vuelta en las elecciones anteriores y actualmente se desempeña como senador.
Entre los factores que lo volvieron el candidato más votado de la primera vuelta se encuentran las manifestaciones de 2019 y 2021, los efectos de la pandemia tanto en lo social como en lo económico y los cambios en la demografía electoral del país, donde son más votantes jóvenes que buscan pasar a los asuntos sociales que aquejan a Colombia.
Sin embargo, su pasado como miembro de la guerrilla urbana M-19 ha generado cierta “fricción” con el electorado colombiano. Dicho grupo armado se desmovilizó en los años 90, y Petro alega que ha cambiado y que ese pasado ha quedado atrás, pero que aún mantiene las ideas de un cambio profundo para Colombia.
Entre sus propuestas está la redistribución del fondo de pensiones, declarar “emergencia económica” para luchar contra el hambre en el país y buscar un cambio en la matriz energética, a pesar de que el petróleo representa el 50% de las exportaciones y el 10% de los ingresos del Estado. Además, ha propuesto impuestos a los más ricos y ampliar los programas sociales para los más necesitados.
¿Rodolfo Hernández?
Por otro lado, está Rodolfo Hernández. Él fue alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019 y eso no lo ha detenido en declararse como un outsider, capaz de captar el voto antisistema que ya se ha visto en otros países de Latinoamérica. Ingeniero de profesión, se autodenomina candidato independiente ya que no cuenta con el apoyo de ninguno de los “mismos de siempre”. A sus 77 años, dio la sorpresa al pasar a segunda vuelta, utilizando la red social TikTok como su plataforma, para hacer denuncias de corrupción de la clase política tradicional, aunque eso incluya no participar en debates.
Entre sus propuestas, destaca la lucha contra la corrupción, a pesar de que él mismo se ve envuelto en un escándalo por contratación ilegal durante su periodo como alcalde, y que aún está por resolverse. También propone reducir las embajadas de Colombia, para poder reducir “el gasto público innecesario”.
No hay que olvidar que “el ingeniero” fue suspendido dos veces durante sus funciones. Una por presunta participación en la campaña política de su posible sucesor a la alcaldía, y otra por golpear a un concejal.
En el ámbito económico establece que no hará ninguna reforma tributaria. En temas ambientales, Hernández establece que tipificará los delitos ambientales en el Código Penal, y que así logrará que las mineras extranjeras apliquen las mismas normas de sus respectivos países, en Colombia. También, menciona que restablecerá las relaciones con Venezuela, como Petro, a pesar de que ha emitido comentarios xenófobos en contra de los migrantes venezolanos.
Entre estos dos candidatos está el futuro de la presidencia de Colombia, el próximo 19 de junio. Anunciar desde ya quién es favorito sería irresponsable, ya que Petro debe enfrentarse al rechazo que genera en los sectores de centro y derecha. Hernández, por su parte se apañará de esto, pero deberá moderar su discurso para no perder el voto del centro. Lo que sí queda claro es que los colombianos que salieron a las urnas el 29 de mayo le dijeron que no a las clases políticas tradicionales que llevan años en el poder.