El pasado lunes 30 de mayo se marcó la mayor incursión de China hacia Taiwán desde enero. El Ministro de Defensa de Taiwán dijo que desplegó avisos para advertir de 30 aviones de combate enviados por China a su zona de defensa aérea, siendo la cifra más alta en meses. Este incidente se produjo días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtiera a China que no invadiera Taiwán, y el mismo día que un funcionario estadounidense visitó la isla para hablar sobre la seguridad con los líderes.
Se calcula que fueron seis cazas J-16, ocho cazas J-11, cuatro cazas J-10, dos cazas SU-35, dos cazas SU-30, seis aviones de transporte Y-8 y dos aviones de reconocimiento y alerta temprana KJ-500 los que formaron parte de la incursión. El último incidente, previo a este, incluyó 22 cazas, así como aviones de guerra electrónica, alerta temprana y antisubmarinos. Los militares taiwaneses han desplegado sistemas de misiles de defensa aérea para vigilar las actividades, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado de prensa.
China alegó que aumentó la frecuencia de sus misiones aéreas en los últimos meses por ejercicios de entrenamiento. Estos movimientos enfurecieron a Taiwán y aumentaron las tensiones en la región. Los aviones chinos no cruzaron al propio espacio aéreo de la isla, lo que habría sido considerado como un acto de hostilidad. Taiwán ha estado informando durante más de un año que estos aviones han estado volando hacia su ADIZ, llamándolo guerra de «zona gris» destinada a probar su respuesta militar hasta desgastarla. Los analistas dijeron anteriormente que las incursiones eran una advertencia contra el gobierno de Taiwán para que no avanzara hacia una declaración formal de independencia, mientras que Beijing ha dicho en el pasado que los ejercicios estaban destinados a proteger su soberanía.
El Sr. Biden había hecho referencia a las incursiones aéreas durante su visita primera visita como presidente a Asia. Dijo que China «ya estaba coqueteando con el peligro en este momento al volar tan cerca» de Taiwán, y emitió su advertencia más fuerte a China hasta el momento, diciendo que Estados Unidos estaría dispuesto a responder militarmente si Beijing invadiera la isla. Su declaración pareció marcar un cambio de la política de larga data de Estados Unidos de «ambigüedad estratégica» sobre Taiwán, que permitió a su país permanecer deliberadamente vago sobre su respuesta en tal situación. La incursión del lunes tuvo lugar cuando la senadora estadounidense Tammy Duckworth llegó a Taipei en una visita no anunciada para discutir asuntos de seguridad regional y comercio con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
Por: Fernando Mideros Báez