Tras varias semanas de relativa quietud, el volcán Tungurahua ha mostrado en los últimos días indicios de un eventual nuevo pulso eruptivo en curso, informó el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional.
«La actividad sísmica muestra evidencias de posibles procesos de presurización (acumulación de presión) y la movilización de fluidos al interior del edificio volcánico», precisa el último informe del IG.
En las últimas 24 horas se han registrado 30 sismos leves de «largo periodo», por el movimiento de fluidos al interior de la montaña, y una señal de tremor o temblor constante, por la aparente salida de gases.
Sin embargo, dada las malas condiciones atmosféricas, los científicos no han podido efectuar observaciones de las condiciones en la superficie de la cumbre del coloso.
El incremento de la actividad sísmica del Tungurahua se notó el viernes pasado, cuando el IG advirtió de un «cambio de comportamiento» en la actividad superficial, por la emisión de una columna de vapor de agua y gases de un kilómetro de altura sobre el nivel del cráter.
Además, se reportó «brillo en el cráter» por la noche, que se observó gracias a las imágenes de un dispositivo de visión nocturna.
El Tungurahua, de 5.016 metros de altura y situado a unos 80 kilómetros al sur de Quito, comenzó su actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de fuerte actividad con lapsos de relativa calma.
El Tungurahua integra el más de medio centenar de volcanes con los que cuenta Ecuador y junto al Reventador y Sangay forma parte de los más activos del país.