Han pasado 19 años desde que las Naciones Unidas proclamaron un día como hoy, 16 de septiembre, el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
La conmemoración surge con la firma del Protocolo de Montreal donde todos los países del mundo se comprometieron a la eliminación gradual y obligatoria de las sustancias que afectan a la Capa de Ozono.
Esta capa frágil de gas se encuentra en la estratósfera y es la protección de radiaciones para preservar la vida en la tierra. Sin embargo, investigaciones descubrieron que el uso de compuestos, utilizados con regularidad por el hombre, tales como los HCFC (Hidroclorofluorocarbonos), son utilizados en aerosoles, refrigerantes, disolventes, insecticidas, etc, y son causas principales de pérdidas que agravan el estado de la Capa de Ozono.
Según la Secretaría de Ozono de la ONU, gracias a la aplicación del Protocolo de Montreal se ha logrado la reducción de más del 98% de la producción e importación de Sustancias Agotadoras de Ozono (SAO). Esto ha permitido que la Capa de Ozono comience un proceso de recuperación. La idea es remplazar las SAO que se liberan y que tardan años en degradarse. Aunque según una publicación del British Antarctic Survey Ozone, el uso de estos componentes continúa devorando el ozono y el pasado 9 de septiembre, el hueco sobre el polo sur que comenzó a formarse en agosto, medía alrededor de 18 millones de km2.
Otros estudios prevén que en el 2080 la Capa de Ozono volverá a los niveles que tenía antes de 1950.
Según este dato que comparte el sitio web de Greenpeace, en los Estados Unidos se tomarían acciones que pueden evitar en su país el 6,3 millones de muertes por cáncer de piel.
Además se explica que la Capa de Ozono no ha sido afectada en los últimos años. Uno de los ejemplos surge de datos del 2010 donde los niveles de producción bajaron a 45.000 toneladas a diferencia de los 1.800.000 millones de toneladas que se registraron en 1987.
El problema se percibe como solucionado por las prohibiciones y el remplazo que se han realizado en las SAO. En Ecuador el compromiso de reducir y eliminar el consumo de los HCFC se logró el año pasado con una cooperación no reembolsable de alrededor de USD 2,3 millones del Protocolo de Montreal para eliminar el consumo de estas sustancias en el país. Aún así las Naciones Unidas realizan un reconocimiento e invitación para que los estados miembros dediquen actividades para promocionar y continuar trabajando en la preservación de la Capa de Ozono.
Es que los principales efectos de la capa amenazada podrían provocar cáncer de piel, cataratas, debilitamiento del sistema inmunológico, daño a los ecosistemas marinos y una menor vida útil de ciertos materiales como el plástico.
Pero la consecuencia más clara será la mayor penetración de rayos UV a través de los agujeros del ozono, principalmente el que se forma cada año en la Antártida.
El Protocolo de Montreal, a diferencia del Protocolo de Kioto que surgió para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, se proyecta como un instrumento político internacional capaz de atender esta problemática ambiental. Una de las acciones que maximiza el protocolo es la ayuda de las potencias mundiales con la creación de un fondo multilateral que ayuda con financiamiento a los países en vía de desarrollo. El objetivo contemplaría la eliminación del uso de las SAO mediante capacitaciones y procesos de manufacturas.