El secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, anunció que Ecuador renuncia de manera «unilateral e irrevocable» a las preferencias arancelarias (Atpdea, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
En rueda de prensa, el funcionario señaló que el Gobierno ecuatoriano rechaza categóricamente «la campaña desinformativa con la cual pretenden descalificar la posición soberana de nuestra nación», manipulando temas como el caso de Edward Snowden, también la reciente aprobación de la Ley de Comunicación, un supuesto espionaje local, entre otras líneas de ataque.
«Frente a la amenaza, insolencia y prepotencia de ciertos sectores políticos, grupos mediáticos y poderes fácticos estadounidenses, que han presionado para quitar las preferencias arancelarias a nuestro país. Ecuador no acepta presiones ni amenazas de nadie y no comercia con los principios ni los somete a intereses mercantiles», defendió.
Alvarado sostuvo que las preferencias arancelarias fueron originalmente otorgadas como una compensación a los países andinos por su lucha contra las drogas, pero pronto se convirtieron en un «nuevo instrumento de chantaje».
También anunció que Ecuador ofrece a los EE.UU. una ayuda económica de 23 millones de dólares anuales, «monto similar al que recibíamos por las preferencias arancelarias». Dijo que esa cantidad sería destinada «con el fin de brindar capacitación en materia de derechos humanos, que contribuya a evitar atentados a la intimidad de las personas, torturas, ejecuciones extrajudiciales y demás actos que denigren a la humanidad».
Recordó que Ecuador es uno de los siete países americanos que han ratificado todos los instrumentos interamericanos de derechos humanos, «por lo que solicita fraternalmente a los Estados Unidos que ratifique alguno de ellos».
«Entendemos que deben existir mecanismos de lucha contra el terrorismo, pero no podemos admitir que en este empeño se atropellen los derechos humanos y la soberanía de los pueblos», puntualizó.
Además, expresó el «cariño y respeto al pueblo estadounidense con el cual siempre mantenemos excelentes relaciones y nos solidarizamos con él por el espionaje masivo que también ha recibido».
«Nos hubiera encantado que con la misma urgencia que se exige entregar al señor Snowden en caso de entrar a suelo ecuatoriano (…) se hubiese entregado a muchos prófugos de la justicia ecuatoriana refugiados en los EE.UU», recalcó Alvarado al referirse particularmente «a los banqueros corruptos que quebraron al país en el año 1999, cuya extradición ha sido reiteradamente negada por los EE.UU.», apuntó.