Por: Clara Ospina
Bajo el lema «Avanza Patria», que se lee en vallas publicitarias colocadas profusamente por todo el Ecuador, el gobierno del presidente Rafael Correa ha logrado modernizar la infraestructura del país en pocos años.
Por un mes recorrimos Ecuador en carro, avión, tren y barco, y en todo lugar, desde la frontera con Colombia hasta la de Perú, desde la Ruta del Espondilos, o Ruta del Sol, que bordea el Pacífico, hasta las diferentes troncales que penetran el Oriente comunicando la cuenca amazónica, encontramos carreteras, puentes, túneles, viaductos, aeropuertos y puertos nuevos, en perfecto estado o con pujantes obras, bien organizadas y con maquinaria de primera línea. Algo muy diferente a las obras que se ven en Colombia, hechas por tramos descoordinados, de manera ineficiente que llevan años en construcción y que quizá nunca se terminen.
Además observamos el embellecimiento y actualización de las antiguas redes de trenes, las cuales fueron a comienzos del siglo XX las principales rutas de transporte del país. Hoy Correa se ha propuesto recuperarlas para el turismo de nacionales y extranjeros, con el propósito de preservar para las nuevas generaciones esa parte de la memoria histórica de su pueblo. Tomamos uno de estos trenes, repleto de turistas, en la pequeña población de Alausí, a 40 kilómetros al sur de Riobamba, que recorre el dificilísimo trayecto de la Nariz del Diablo, agarrándose a la pendiente rocosa, haciendo zigzag y retrocediendo cuando le es imposible girar. Al llegar a nuestro destino fuimos recibidos con danzas por la población indígena, ataviada con sus vestimentas típicas. Luego nos ofrecieron sus artesanías y nos enseñaron su historia en un pequeño, pero bien instalado museo. Esta recuperación de los trenes ha resucitado poblaciones casi olvidadas que hoy ven un nuevo futuro en el desarrollo turístico.
A la par con el esfuerzo del gobierno de Correa, también las ciudades han desarrollado agresivos programas de modernización. De estos el que más se destaca es el del histórico malecón de Guayaquil. Más de diecisiete cuadras sobre el magnífico río Guayas, con un ancho promedio de cuarenta metros, son hoy un hermoso parque sombreado por frondosos árboles y engalanado por bellos monumentos, entre ellos el que conmemora el encuentro ocurrido aquí entre Bolívar y San Martín. En el malecón fondea el buque escuela de Ecuador.
¡Bienvenido!
Quito estrena aeropuerto y rutas de acceso, construye el metro y tiene un agresivo plan de embellecimiento y seguridad. Cuenca, hermosa ciudad republicana, declarada Patrimonio de la Humanidad, también tiene aeropuerto nuevo y recupera su tren hasta Riobamba.
A las islas Galápagos llegamos a estrenar otro aeropuerto y presenciamos el remozamiento de sus pequeños puertos, donde se adoquinan las calles, se ocultan los cables eléctricos y se pintan las casas.