Durante la inauguración del primer Centro Infantil del Buen Vivir (CIBV), ubicado en el Guasmo sur de Guayaquil, el presidente Rafael Correa indicó que por fin se está atendiendo «una deuda inmensa que ha tenido el Estado con los más vulnerables del país: nuestros niños».
«Estamos inaugurando una nueva época, un nuevo sistema, un nuevo modelo de desarrollo infantil», señaló Correa al reconocer que el tema se ha llevado con tanta indolencia, incluso con este gobierno.
«¿De cuánto sirve dar recursos, mejorar la educación universitaria, si ya nuestros niños crecieron desprotegidos (…) sin adecuado desarrollo intelectual?», cuestionó.
No obstante, el mandatario recalcó que antes «esto era un caos». Así recordó que el INFA si bien recibía presupuesto por parte del Estado «era una fundación privada manejada por la primera dama, la esposa del Presidente, que se encargaba de mantener por ahí unos mal llamados centros de desarrollo infantil que no llegaban ni a guarderías, y del resto se encargaban organismos internacionales», apuntó.
Añadió que las cerca de 3.000 guarderías, que directa e indirectamente eran financiados por fondos públicos, las atendían madres comunitarias y no profesionales.
«Hoy tenemos cerca de tres mil profesionales y necesitamos muchos más», sostuvo Correa.
«Tenemos ya organizado el desarrollo infantil, lo que no significa que esté atendido totalmente», agregó. Así anunció que el centro inaugurado hoy es el primero de 250 que se han planificado construir este año.
«Para el 2017 esperamos completar 1.000, que todavía sería una cantidad insuficiente», dijo.
Explicó que la prioridad es que las madres se preocupen del desarrollo de sus hijos, pero que en caso de que necesiten trabajar reciban la asistencia profesional adecuada.
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