Si bien los grupos de oposición política sólo existen en Estados pluralistas, con un marcado nivel de libertad de expresión en sus gobiernos, éstos han disminuido su participación en los últimos años y con ello la fuerza que su función representa. Las elecciones pasadas evidenciaron un abismo democrático entre el oficialismo y la oposición. Para el próximo mes de mayo, la Función Legislativa, que sumó a 12 dignidades más para ejercer el poder legislativo, acogerá apenas un 30% de asambleístas opositores. Pero, ¿a qué se debe este fenómeno?
La palabra «oposición» según la Real Academia de la Lengua Española, significa, entre varios otros conceptos, «contradecir o resistir a lo que alguien hace o dice». En el caso de un gobierno que desde el principio se autodenomina revolucionario, y cuyas obras demuestran que existe un Plan Nacional llamado del Buen Vivir en ejecución, es absurdo que la mayoría de la población se oponga a este ideal implícitamente deseado. Las nuevas carreteras, escuelas,políticas de inclusión, políticas ambientales, están dentro del argumento empleado por la ciudadanía al momento de defender su voto. Es esta misma población la que evita arriesgarse con algo más renovado, porque aquello podría significar un cambio lamentable para el país.
Se ha percibido en las distintas manifestaciones de las figuras públicas que conforman el grupo opositor, una crítica deliberada, a veces absurda, pero poquísimas veces a favor, de una acción gubernamental acertada. «Acertada», lo es porque beneficia a aquellos que por distintas desventajas, no han sido incluidos por años.
Entonces, la ciudadanía mira a esta fracción como personas contrarias al Plan, que buscan solo su beneficio y «el de los mismos de siempre». Este discurso ya no solo lo maneja el presidente de la República, figura que lo propagó desde su campaña en 2006, también lo hacen sus ministros, funcionarios públicos y el ciudadano que vende agua en los buses. Y, es que a decir verdad, la oposición no ha tenido, o al menos no se ha vendido, como reformadores de un sistema integral que debería buscar excelencia.
Las falencias en el PSP, PSC, PRE (demostradas en los resultados electorales), surgen de esa incapacidad de hacer una reforma en sus políticas. Estos partidos han registrado mayor número de inasistencias en la Asamblea, por ejemplo.
Si bien es imposible excluir el término oposición política, es importante aludir su función; pues ésta se basa en el equilibrio de poderes, más no en una constante resistencia al oficialismo. En sus manos está proponer, evaluar y debatir políticas públicas dentro del marco constitucional que establece que los partidos políticos conformen bloques legislativos. De lo contrario, el concepto que tengamos sobre ellos se remitirá únicamente a lo que demanda el diccionario.