El renovado respiro del estero se debe a la técnica de superoxigenación que implementan el Ministerio del Ambiente y el Instituto Nacional de Pesca (INP) desde el 2011, parte del proyecto Guayaquil Ecológico.
Se realiza por medio de seis estaciones instaladas en puntos catalogados como críticos por un informe efectuado en el 2010 que reveló una elevada concentración de metales pesados (mercurio y plomo) en los sedimentos del estero, así como alta concentración de bacterias coliformes fecales.
Nelson Zambrano, subsecretario de Gestión Marina y Costera, menciona que a partir de los resultados del informe se desarrollaron tres alternativas pilotos, con diferentes empresas, como métodos para remediar el estero. “Esas fueron la utilización de bacterias, de enzimas y la técnica de oxigenación forzada, siendo esta última la que dio mejores resultados”.
Explica que la técnica consiste en un equipo diseñado para elevar el oxígeno disuelto en el área asignada, tomando el agua del estero, fijando el oxígeno llegando a niveles de los 25 mg/l y retornarlas nuevamente al área contaminada donde es diluida y dispersada.
Cada estación tiene un sistema de generación de oxígeno, un reactor de disolución, una bomba de recirculación, un distribuidor de agua y tubos difusores (ver gráfico).
Fueron colocadas en dos tramos. El A, en el sector de Las Garzas (Urdesa) y el Puente Ecológico (cdla. Kennedy), hay dos de 500 galones por minuto (gpm), que empezaron a funcionar, según Zambrano, desde junio del 2011.
En el B, en el suroeste, se colocaron en el estero Puerto Lisa, en Francisco Segura y la 10 y en Segundo Callejón Domingo Savio y la 19; en el estero Mogollón, en Callejón 29 y la G; y en el estero Las Ranas, en Guerrero Valenzuela y la I.
En el estero Mogollón, Jaime Murillo, de 48 años, también siente nuevos aires cerca de su casa. Asegura que los peces han vuelto al estero después de una década de verlo mueto.