Pablo Fajardo, abogado de los afectados en la Amazonía ecuatoriana por la petrolera estadounidense Chevron-Texaco, denunció este miércoles acoso y persecución a los juristas y demandantes por parte de la transnacional.
En una entrevista televisiva, Fajardo manifestó que Chevron realiza acoso cibernético al espiar las cuentas electrónicas y las llamadas y mensajes telefónicos de los demandantes y abogados, además de una persecución física y judicial.
El jurista aseveró que son víctimas de una vigilancia permanente tanto al equipo, como a los lugares de trabajo. «Hace una semana en Lago Agrio pasaron dos personas tomando fotos a mi casa. Tres días después las mismas personas vigilando, pasando por allí. Hay una persecución fuerte y en lo judicial son demandas las que nos plantean».
Al respecto dijo que enfrenta acciones judiciales de carácter civil y penal en Estados Unidos y en Ecuador y que Chevron busca que la atención de los abogados demandantes se disperse del juicio principal por daño ambiental en el que la transnacional petrolera fue sentenciada al pago de 19 mil millones de dólares.Reveló que en el 2011, cuando fue a Estados Unidos (EE.UU.) para reunirse en Houston con su equipo de trabajo fue retenido por más de tres horas en el counter de migración y sometido a interrogatorios y revisiones permanentes por parte de agentes norteamericanos, tanto a la entrada del país como a su salida.
«Ojalá América Latina se una. No se puede permitir que empresas como estas violen la soberanía, persigan Estados, personas, comentan graves atentados a los derechos humanos y que el mundo siga impávido».
Se refirió también a la demanda planteada en contra del exjuez Alberto Guerra que según afirmó Fajardo, negoció con Chevron a cambión de información falsa. «La empresa reconoce que le ha pagado medio millón de dólares para que vaya a EE.UU. y declare a su favor diciendo que la sentencia fue hecho por los demandantes». Agregó que todos los testigos de Chevron son pagados, sobornados o presionados».
La compañía Texaco, adquirida posteriormente por Chevron, condenada al pago de 19 mil millones de dólares por las afectaciones ambientales a la Amazonía ecuatoriana por sus operaciones extractivistas entre 1964 y 1990, inicio hace poco una campaña de desprestigio del Ecuador, sobre todo en Argentina, donde los afectados ecuatorianos presentaron un recurso judicial para que la sentencia ecuatoriana sea reconocida en ese país andino y así poder embargar activos de la petrolera, informó Andes.