¿Ratifica que Lucio Gutiérrez fue un aliado incondicional de los EE.UU. durante su Presidencia?
El mismo 11 de febrero (2003) que Gutiérrez viajó a EE.UU. me sorprendí del espaldarazo que se le dio al Gobierno de George W. Bush porque nosotros llegamos al poder con un discurso de reivindicación social y no de sumisión. Una cosa es la diplomacia con todos los países del mundo y otra el declararnos aliados de ese país.
¿Cuáles fueron los nexos entre el Gobierno de Gutiérrez y la Embajada de EE.UU. en el Ecuador?
Se puede hablar de muchos actores, pero los principales fueron los agregados de Comercio, Política y Seguridad de la Embajada de los EE.UU. en nuestro país. Ese fue un suceso que antecedió a la llegada al poder de Gutiérrez, quien los recibió periódicamente entre los meses de agosto del 2001 y febrero del 2002.
¿De cuántas reuniones privadas entre Gutiérrez y la embajadora Kristie Kenny conoció usted?
Fueron dos las reuniones en las que estuve presente, ambas en el 2003. En esas citas, realizadas en Quito, Gutiérrez se reunió con la embajadora Kenny y Nelson Herrera, ministro de Defensa de esa época.
Yo no tuve voz en esas reuniones, pero tras escuchar ese diálogo decidí abandonar Sociedad Patriótica: se pretendía alcanzar un acuerdo bilateral para que se le otorgue inmunidad al personal de la Base de Manta. En otras palabras, podrían cometer delitos en suelo ecuatoriano y quedarían impunes.
¿El apoyo a la petrolera Oxy en los juicios que mantenía con el Estado ecuatoriano también fue parte de esos conversatorios?
No. Cuando yo estuve en el Gobierno aún no se cocinaban esas coyunturas, pero no dudo de que se haya intentando favorecer a EE.UU. Lo que sí persistió fue el deseo de firmar un TLC y el ATPDA, pero con el apoyo íntegro de los servicios militares extranjeros.
Si estaba en contra de las decisiones de Gutiérrez, ¿por qué se mantuvo en el Gobierno hasta mayo de 2004?
Permanecí porque era el vicepresidente del partido y estuve -con él- preso en enero de 2002, luego de la revuelta que terminó con el Gobierno antipopular de Jamil Mahuad.
La opción era enderezar el rumbo, pero Gutiérrez me sacó del camino cuando me envió de la Secretaría de la Administración al Ministerio de Bienestar Social (entre enero y mayo de 2004). Yo advertí que sus errores le harían caer y así sucedió.