Afganistán liberará a 88 prisioneros tal como está planeado, pese a que Estados Unidos los considera peligrosos y quiere que permanezcan bajo detención.
Los presos están detenidos en la cárcel de la base aérea de Bagram, al norte de Kabul. Washington entregó recientemente el control de la prisión a Afganistán, ya que se había vuelto una fuente de tensión con el Gobierno.
El presidente Hamid Karzai pidió a funcionarios de inteligencia afganos que presenten al comité de revisión más evidencia en contra de los presos, luego de que Washington dijo que había pruebas de su participación en la muerte de tropas extranjeras y que implicaban una seria amenaza a la seguridad.
Pero el jefe del comité de revisión, Abdul Shakor Dadras, manifestó que la evidencia no era suficiente para seguir manteniendo a los prisioneros encerrados.
El desacuerdo sobre los prisioneros es una nueva complicación en las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán, ya tensas debido al rechazo de Karzai a firmar un acuerdo de seguridad bilateral para delinear los términos de la presencia militar estadounidense luego de que la mayor parte de las tropas de Washington abandone el país asiático este año.
Senadores estadounidenses en Afganistán presionaron la semana pasada al presidente de ese país para que detenga la liberación, al advertir que eso dañaría irremediablemente las relaciones con Estados Unidos.