Alonso de Illescas, María Chiquinquirá, Adalberto Ortiz y Alberto Spencer no tienen un monumento en las plazas o calles de Guayaquil, donde el 7,1% de la población es afrodescendiente, según datos revelados en el último censo.
La comunidad afroecuatoriana de Guayaquil ha aumentado durante los últimos diez años. Comparando los datos del censo de 2001, cuando había 60.891 afrodescendientes en la ciudad, diez años después se incrementó a 166.869 personas.
Abraham Lincoln y los personajes mitológicos
En las calles y plazas de la urbe hay 66 monumentos inscritos en el inventario del Instituto Nacional de Patrimonio (INPC).
Representados por una figura están el presidente norteamericano Abraham Lincoln; “La vacante”, una figura mitológica; los españoles Francisco de Orellana, Sebastián de Benalcázar, entre otros. En la ciudad también existe un “Monumento a la abolición de la esclavitud”.
El Cristo del Consuelo, Modesto Chávez Franco, el Centro Social Chimborazo, las colonias extranjeras, Miguel Hidalgo y Costilla, Eugenio Espejo, entre otros, se encuentran también homenajeados.
Al respecto existe un decreto presidencial, firmado en 2009- que toma como antecedente la Encuesta sobre discriminación racial donde se establece que el 65% de los ecuatorianos admite la existencia de racismo y discriminación- y establece en su artículo 5 que los ministerios de Educación y Cultura deben “incluir a los pueblos y nacionalidades… en los nombres de monumentos”.
Pero ¿a quién se podría representar en una estatua? Juan Montaño Escobar, estudioso de la historia de los pueblos afrodescendientes, opina que la nación ecuatoriana ha sido injusta con Alonso de Illescas, declarado Héroe de la República por el Congreso Nacional, porque él “inició la resistencia anticolonialista con gran éxito”.
Illescas nació en áfrica en 1825, cuando tenía diez años fue capturado por los esclavistas que lo llevaron hasta España.
En Sevilla, su “amo” cambió su nombre por Enrique y también se le impuso el apellido “Illescas”. Cuando tenía cerca de 25 años, lo trajeron a América, el tiempo adverso cambió el rumbo del barco, que naufragó en costas esmeraldeñas. Illescas se quedó en el país, fortaleciendo la alianza indoafricana para la resistencia, apunta Montaño. “Forjó aquello que es hoy la provincia de Esmeraldas y el pueblo negro del Ecuador, impulsando la rebeldía de los pueblos de la Costa norte ecuatoriana y del sur de Colombia”, reseña.
Alexandra Tenorio Caicedo, afrodescendiente y directora de la escuela La Asunción, coincide con Montaño al nombrar a Illescas como un personaje histórico que podría ser representado en una estatua.
Sin embargo, Tenorio no se entusiasma mucho con los monumentos. “Suelen tener una mayor compañía de palomas, que de personas que se interesen en lo que estos representan”, dice.
Lucciola González, quien fue subdirectora de la Fundación Afroamérica XXI-Ecuador y actualmente trabaja como asistente de la Defensoría Pública, destaca a Alonso de Illescas y a María Chiquinquirá como personajes importantes dentro de la historia del Ecuador.
“María Chiquinquirá, desde su condición de esclava, pagó la libertad de sus hermanos y capacitaba a otras mujeres para que no sufrieran de maltratos en la casa de quienes las esclavizaban”, señala.
En la ciudad hay un monumento que se construyó a un afroecuatoriano y se trata del basquetbolista Pablo Sandifor, campeón nacional de este deporte. La edificación se encuentra ubicada junto al coliseo Voltaire Paladines Polo.