El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se mostró hoy preocupado por la deteriorada situación humanitaria y los riegos que enfrenta la población civil en la ciudad siria de Al Quseir, escenario de las masacres más recientes perpetradas en el país.
«Con la batalla de Al Quseir en su tercera semana, un pequeño número de personas obligadas a huir están llegando al Líbano como refugiadas, mientras que otras están desplazándose en el interior de Siria hacia Qara, Nabek y Hasyah», expresó la portavoz del ACNUR, Melissa Fleming.
La portavoz explicó que no existe ninguna ruta segura para salir de esta ciudad, donde las Fuerzas Armadas del régimen de Bachar Al Asad y las milicias que colaboran con ellas libran combates contra los grupos rebeldes armados.
«Los refugiados en el Líbano nos han contado que el trayecto, que se hace a pie, es muy duro y que los combatientes están atacando a las personas mientras intentan huir», aclaró.
Asimismo, la portavoz aseguró que la mayoría de las personas que intentan salir de la ciudad son mujeres y niños, ya que «es inseguro huir con hombres, quienes corren un alto riesgo de ser arrestados o asesinados en los puestos de control durante el trayecto».
«Ninguno de los refugiados fue capaz de identificar si los puestos de control eran dirigidos por las fuerzas gubernamentales o los rebeldes», afirmó.
Sin embargo, estas personas sí ofrecieron detalles sobre el estado de Al Quseir, a la que describieron como una ciudad fantasma, profundamente dañada y con frecuentes sonidos de bombas.
Parte de la población permanece escondida en refugios subterráneos, de donde no pueden salir durante largos periodos.
Fleming agregó que numerosos informes denuncian que entre 700 y 1.500 civiles heridos que necesitan atención médica urgente aún permanecen atrapados en esta localidad considerada estratégica por ambos bandos y ubicada en el oeste de Siria a una decena de kilómetros de la frontera con el Líbano.