Al menos 70 personas murieron y más de 50 resultaron heridas, en un atentado suicida registrado este lunes en un complejo de edificios gubernamentales en el centro de Mogadiscio.
La mayoría de los muertos son estudiantes que habían acudido al complejo atacado -donde tienen sus oficinas tres ministerios del Gobierno Federal de Transición de Somalia (TFG, en inglés)- a examinarse o a cursos que se imparten en estos edificios, mientras que miembros de la Administración somalí también perdieron la vida.
La milicia fundamentalista islámica Al Shabab, vinculada al grupo terrorista Al Qaeda, se responsabilizó del ataque en un comunicado publicado en su página web.
«Por deseo de Dios, los muyahidines han planificado y llevado a cabo satisfactoriamente un ataque sagrado sobre los ministerios del Gobierno apóstata», asegura Al Shabab en el texto.
«El ataque se ha cobrado cientos de vidas del que se hace llamar Gobierno», sentencia.
Las Fuerzas de Seguridad del Gobierno somalí y la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) han movilizado numerosos efectivos para ayudar a retirar los cadáveres del lugar del suceso y llevar a los heridos al hospital, así como para tratar de normalizar la situación en los alrededores del edificio.
Un testigo del ataque aseguró que vio como un camión llegaba hasta la entrada del complejo y explotaba. «Había dos hombres en el camión. Uno de ellos saltó del vehículo y el otro, el conductor, dirigió el camión hasta la puerta y luego explotó», relató.
Según el testigo, «el que saltó del vehículo, que también murió, no tenía pinta de ser somalí. Era africano pero no tenía rasgos somalíes».
Aunque Al Shabab ya ha llevado a cabo varios atentados terroristas, esta es la segunda vez que los estudiantes son sus objetivos.
En diciembre de 2009, los fundamentalistas llevaron a cabo un atentado contra un hotel en Mogadiscio en el que se celebrara una ceremonia de graduación, en el que murieron 4 ministros del Gobierno de Transición, 3 periodistas, 4 médicos y 29 estudiantes.
El atentado de hoy llega después de la supuesta retirada de Al Shabab de Mogadiscio, a principios del pasado mes de agosto, motivada por lo que los radicales islámicos denominaron «un cambio táctico», mientras que el Ejecutivo somalí lo interpretó como una victoria sobre esta milicia.
No obstante, Al Shabab, que aún domina buena parte del sur de Somalia, anunció entonces que optaría por una guerra de guerrillas, como certifica el ataque de hoy, en vez de por el enfrentamiento directo que practicaban hasta entonces.
Al Shabab lucha contra las tropas del internacionalmente respaldado Gobierno somalí y las de AMISOM para instaurar en la región un estado musulmán de corte wahabí.
Somalia vive una permanente guerra civil y carece de un Gobierno efectivo desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país en manos de señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.