La Agencia Nacional de Tránsito (ANT) adquirió 65 quioscos detectores de alcohol que debían ser instalados en las terminales terrestres de todo el país, con el propósito de realizar pruebas de alcoholemia a los conductores de buses que ingresan o salen de las terminales con el fin de precautelar la vida de los usuarios de las unidades de transporte.
Esta medida se la aplicó debidó al alto indice de muertes en vías registrado en el país, que actualmente ocupa el segundo lugar en mortalidad por accidentes de tránsito en América Latina, según el Reporte del Estado Global sobre la Seguridad de las Vías de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ecuador, según la entidad, tienen una tasa de 28 muertes por cada 100.000 habitantes.
El funcionamiento de los alcoholímetros se basa en que el conductor sopla a través de una boquilla mientras mantiene una presión de aire adecuada para que un dispositivo fotográfico capture la imagen de la persona; posteriormente, se le entrega un documento impreso que indica si ha consumido alcohol o no y en qué cantidad. Solo con ese ticket habilitante, el profesional del volante podrá salir de la terminal y recorrer las vías del país.
En el mes de octubre de 2012, a Riobamba fueron asignados dos alcoholímetros que debían ser ubicados en la terminal interprovincial y en la terminal intercantonal; sin embargo, hasta la fecha ninguno de los dos ha entrado en funcionamiento y se mantienen bajo llave en una oficina de la primera de esas edificaciones.
Según el reglamento emitido por el Directorio de la Agencia Nacional de Regulación y Control de Transporte, la instalación de los quioscos y el mantenimiento de los mismos le corresponden a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Según Carlos Jara, director provincial de la ANT, esta disposición se ha cumplido cabalmente. «Nosotros regulamos el funcionamiento y entregamos instalados los alcoholímetros, pero al Cabildo riobambeño le compete colocar al personal que atienda el lugar y verifique que se lo esté utilizando de forma adecuada. Sin embargo, hasta la fecha no entendemos la razón por la que no se asigna personal a esa área», dijo.
El funcionario recalcó que por varias ocasiones ha solicitado la intervención del Municipio sin obtener ninguna respuesta favorable. «Solo se necesita una persona que abra la puerta y que verifique la utilización de los quioscos. Pero en documentos nos han indicado que el Municipio no tiene personal para atender el lugar, cuando hay más de 1.300 trabajadores laborando en el Cabildo», sostuvo.
Por su parte, el alcalde Mario Robalino señaló, que los alcoholímetros están bajo la responsabilidad del administrador de la terminal, «el cual debe emitir un informe para nosotros asignar el personal. Y como hasta ahora no ha llegado nada, voy a solicitar que inmediatamente se resuelva esta situación para poner en funcionamiento estos equipos de seguridad. Considero que al ser una necesidad de la población, esto se lo debe realizar con toda la celeridad posible».
La ANT teme que si el proceso de poner en funcionamiento los alcoholímetros en la terminal no se cumple en Riobamba, podrían ser trasladados a otras provincias que lo requieran.Diario El Telégrafo intentó conversar con el Administrador de la terminal interprovincial, Patricio Ramírez; sin embargo, se informó que no se encontraba en su oficina.