Actualmente en el país funcionan alrededor de 3900 Centros Infantiles del Buen Vivir que son financiados por el Ministerio de Inclusión Económica y Social y el Instituto de la Niñez y la Familia (MIES-INFA). Estos se encargan de acoger a niños y niñas de 1 a 5 años cuyos padres se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Los CIBV brindan alimentación, educación, atención psicológica y médica de manera gratuita. Para finales de este año el MIES-INFA pretende contar con 220 CIBV emblemáticos, con mejor infraestructura y estándares altos de calidad. Para este proyecto se contará con ochenta millones de dólares de presupuesto únicamente para infraestructura.
El presupuesto total del programa de desarrollo infantil es cerca de ciento cuarenta millones de dólares y alrededor de 480.000 niños se verán beneficiados con estos programas.
“Progresivamente, a partir del próximo año hasta el 2015, pretendemos que todos los centros infantiles sean administrados por el INFA. Los que funcionan actualmente atravesarán una fase de transición y poco a poco se los convertirá en emblemáticos”, manifestó Tamara Merizalde, Directora del INFA.
De los 220 centros previstos, 70 serán remodelados y 150 construcciones nuevas. Estos centros acogerán a niños menores de 3 años, pues los pequeños a partir de los 4 años deberán acudir a los centros de educación inicial del Ministerio de Educación.
Los padres de familia, en condición de pobreza y pobreza extrema, envían a sus hijos a los CIBV durante su jornada laboral. Los horarios de atención son de 07:30 a 16:30, tiempo en el que se les proporciona cuatro comidas diarias, trabajos de estimulación, juegos, descanso y educación de acuerdo a su edad.
Mariana Zapata, Directora del Centro Infantil del Buen Vivir Manuela Cañizáres, acoge a 100 niños que vienen de distintas zonas de Quito. “Sus madres trabajan por esta área y los dejan antes de iniciar sus labores y los retiran al finalizar su jornada”, comentó la directora que tiene a su cargo a 17 funcionaros en el centro.
“Los niños reciben educación de independencia, de conocimiento para que vayan estimulados a primer año de educación básica. En el área de 1 a 2 años reciben estimulación temprana, desarrollo pedagógico en las diferentes áreas”, señaló.
El requisito para que un niño pueda ingresar a un CIBV es presentar la partida de nacimiento y certificados de salud. Además se realiza una investigación socioeconómica de la familia para comprobar las condiciones en las que vive el niño. La atención es completamente gratuita.