«Queremos escuela, agua, luz, trabajo», dijo Martha Alquinga, quien también fue a paso ágil, junto a su hija Eleana, de 5 años. Ella, cómoda, movía sus caderas al son que impusieron los mullos café y rojo de su vestido. Pasaron 10 minutos y los más de 25 integrantes de la comunidad -en su mayoría niñas- llegaron desde El Arbolito, donde se congregaron a las 06:00, a la Plaza de la Independencia. Al arribar al Centro Histórico abrieron sus ojos. Todo les cautivó, desde lo enorme que puede ser la Catedral hasta los leones de piedra que custodian el monumento a la Independencia. Cerca del mediodía ya eran más de 5.000 personas. De ellos, Moi Enomenga, líder waorani, estimó 3.000 integrantes de las comunidades de Toñampare, Cagiwemo, Tobeta, Mengagaro, Garemo, entre otros.
Enomenga también usó su corona de fiesta sobre su cabeza y un bagame (collar) sobre una camiseta deportiva. Dos mujeres de la comunidad llevaron empuñadas entre sus manos dos pulseras para Correa. Ellas custodiaron con lanzas el ingreso del presidente Rafael Correa, quien llegó al mediodía a una tarima que se instaló a un costado del Palacio de Carondelet. Las mujeres abrazaron al Mandatario y se desprendieron de las artesanías que hicieron durante dos semanas.
Enomenga entregó a Correa su penacho (corona), que dijo fue un pedido que hicieron las bases indígenas waorani. «Eso representa el compromiso de que trabaje para nosotros, que nos defienda como nuestro líder», dijo.
Al Jefe de Estado le pidió «desarrollo, pero también respeto por las nacionalidades indígenas (…) usted responde por nuestra seguridad y respeto».
También estuvo Eliana Guerrero, quien habita en la Amazonía, junto a su hija con discapacidad física. Para ella el Yasuní es vida digna y Buen vivir. Las firmas son «la respuesta del pueblo, que es el mandante» a que se realice la extracción en el 1 por 1.000 de la reserva.
Ese criterio compartió Jofre Poma, representante de Amazonía Vive, quien señaló que estarán activos y vigilantes del proceso extractivo. Geovanny Benítez, prefecto de Santo Domingo, fue enfático: «Chao consulta, bienvenidos los recursos que se van a distribuir en el país».
Correa dijo que en el «siglo XXI vivir sin educación, sin electricidad, no es folclor sino miseria». Ratificó que el proceso extractivo se realizará con responsabilidad ambiental y los recursos irán a la Amazonía. Recalcó que con el apoyo al conocimiento, Ecuador empezó a construir la economía pospetrolera y que los recursos son necesarios.