Una conferencia telefónica confidencial entre investigadores de delitos por Internet del FBI y sus colegas británicos de la Scotland Yard perdió su carácter de secreto cuando un grupo de hackers de Anonymous decidió interferir la comunicación y luego publicarla en la web.
En la cita los investigadores trataban temas referentes a los ataques de piratas electrónicos.
El grupo publicó en la web una grabación de 15 minutos, en la que se escuchaba lo que al parecer era una teleconferencia realizada el 17 de enero sobre el rastreo y procesamiento de varios ciberpiratas.
A través de un comunicado, el FBI explicó la semana pasada que la información “iba dirigida solo a agentes del orden público y fue obtenida de forma ilegal”.
Por su parte, Scotland Yard emitió su propio comunicado en el que señaló que la intervención no pone en riesgo los operativos.
Los piratas electrónicos aún no han explicado la forma como lograron interferir la comunicación del servicio secreto de EE.UU. y la Policía británica.
Al mismo tiempo, se produjeron ataques cibernéticos a otras agencias, como la Policía de Boston y Salt Lake City, en los que ciberpiratas tuvieron acceso a datos personales de informantes y denunciantes cuyas identidades no habían sido reveladas por las autoridades.
En el estado de Utah, los hackers obtuvieron información confidencial que incluye quejas de ciudadanos por delitos vinculados con el narcotráfico, varios números telefónicos, direcciones y otros datos personales.
En Grecia, el Ministerio de Justicia desactivó su página de Internet después de que en esta se difundiera durante dos horas un video de activistas que dijeron ser integrantes griegos y chipriotas de Anonymous.
Asimismo, la semana pasada los piratas cibernéticos sacaron del sistema el sitio web del Banco Central de Brasil. La acción se la adjudicó Anonymous Brasil.
Estas acciones se suman a una guerra que mantiene Anonymous contra el FBI desde que agentes estadounidenses emprendieron una operación en la que se cerró el portal de descarga de videos Megaupload.
Luego de la operación, el colectivo de piratas electrónicos dejó off line las páginas del Departamento de Estado de EE.UU. y del Servicio Secreto. Posteriormente hizo pública las claves de varias cuentas de correos electrónicos y redes sociales del director del FBI.