El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, pidió este miércoles a la administración de Barack Obama que ponga fin a la persecución de la que es objeto desde hace meses y exigió garantías a los Gobiernos de Reino Unido y Suecia de que no será extraditado a Estados Unidos.
«Coincidimos en los discursos que hablan de alcanzar la paz, pero el tiempo de las palabras se ha terminado. Ha llegado la hora de que Estados Unidos cese la persecución a Wikileaks, a nuestra gente y a nuestras fuentes», afirmó Assange durante un acto organizado en la sede de Naciones Unidas en el marco de la Asamblea General.
El australiano, que intervino a través de videoconferencia desde la Embajada de Ecuador en Londres donde está refugiado desde hace tres meses, afirmó que hasta la fecha ni Reino Unido ni Suecia han dado garantías a las autoridades ecuatorianas de que no será extraditado a Estados Unidos.
Durante la conferencia, en la que también estuvo presente el ministro de Asuntos Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, Assange pidió «no desestimar» el alcance de la investigación lanzada por Washington contra Wikileaks y dijo en concreto que el FBI cuenta con «más de 42.000 páginas» relacionadas con sus actividades.
Además, denunció la situación que está viviendo Bradley Manning, el soldado estadounidense acusado por el Ejército de haber filtrado miles de documentos secretos a Wikileaks, de quien dijo que continúa retenido sin juicio y que ha sido «torturado psicológicamente y vejado» por su propio Gobierno.
Preguntado por su designación como «enemigo de Estado» por parte de Estados Unidos, el fundador de Wikileaks consideró que se trata de algo «absolutamente absurdo» pero que, a su juicio, pone de manifiesto el «peligro» que conllevaría para su integridad personal su extradición a ese país.
«Estamos dispuestos a mantenernos firmes en denunciar las torturas sin importar quiénes sean los responsables», reiteró Assange durante su intervención, en la que también reconoció que Estados Unidos «no es el enemigo» y dijo que algunos grupos en ese país apoyan «las fuerzas de cambio».
Por su parte, el jefe de la diplomacia ecuatoriana confirmó que mañana, jueves, mantendrá una reunión en la ONU con su homólogo británico, William Hagues, a quien trasladará nuevamente la petición para que las autoridades británicas le concedan un salvoconducto para que pueda disfrutar plenamente del asilo concedido por Quito.
«Vamos a insistir el día de mañana en la necesidad de que le ofrezcan el salvoconducto para solucionar este impasse y proteger los derechos humanos del señor Assange», afirmó el canciller Patiño, quien reiteró varias veces que «no se trata de hablar de derechos humanos sino de protegerlos, promoverlos y cultivarlos».
«¿Lo quieren tener diez años en la Embajada al señor Assange, sin derecho a su vida personal?. Reino Unido es un Estado que manifiesta y dice defender los derechos humanos y a la libertad de expresión. Será justo, será humano que lo pretendan mantener en la Embajada durante meses o años?», se preguntó.