Un atentado con dos bombas contra chiíes en la ciudad meridional de Karachi anoche causó la muerte de 52 personas y heridas a otras 130, según el último recuento de la Policía.
Se trata de la tercera masacre perpetrada contra fieles de esta corriente islámica minoritaria en dos meses.
El ataque de ayer ocurrió en el barrio de Abbas Town, donde más de cien kilogramos de explosivo alojados en una motocicleta y un automóvil estallaron y destrozaron decenas de viviendas.
Las detonaciones se sucedieron en un intervalo de cinco minutos y tuvieron lugar en la principal avenida del barrio justo entre dos bloques de apartamentos de cuatro pisos de altura, que sufrieron de lleno las explosiones.
Una fuente del cuerpo de Bomberos de Karachi, explicó que la localización del atentado, entre dos grandes edificios, amplificó su poder destructivo y provocó incendios en varios apartamentos.
En un primer momento se habló de una veintena de fallecidos, pero a medida que fueron avanzando las tareas de rescate creció el registro de víctimas entre la comunidad chií, que en Pakistán reúne a cerca del 20 % de la población del país.
Las autoridades indicaron a medios locales que la segunda explosión fue tan intensa que tuvo un radio de impacto de cerca de 700 metros, y que causó destrozos en unas 200 viviendas.
El informe policial del ataque detalla que el coche bomba fue activado mediante un temporizador y que dejó un cráter de más de un metro de profundidad y tres de anchura.
El primer ministro, Rajá Pervez Ashraf, condenó el atentado y afirmó en un comunicado que «los que apuntan a civiles inocentes sirven a los intereses de elementos contrarios al Estado y a la sociedad».
Diversos barrios de Karachi amanecieron hoy paralizados a causa de la huelga de tres días convocada por diversos grupos chiíes en protesta por la nueva matanza, mientras portavoces de esa comunidad han vuelto a elevar sus quejas por la inacción del Gobierno.
Los atentados de carácter sectario en Pakistán se han incrementado en el último año dentro de un marco general de recrudecimiento de la violencia terrorista desde hace unos meses.
Las víctimas mortales en ataques contra chiíes este año ya suman cerca del 50 % del total acumulado el año pasado; según el Instituto Paquistaní de Estudios para la Paz, 537 personas -en su mayoría chiíes- murieron en 2012 por ataques contra minorías religiosas.