Uno de los 33 mineros atrapados desde el pasado 5 de agosto en el yacimiento San José, en el norte de Chile, conoció hoy a su hija recién nacida gracias a la fibra óptica que los expertos instalaron a 700 metros de profundidad.
«Derramó lágrimas y se conmovió mucho al ver las imágenes», señaló a la prensa Cristián, hermano del minero Ariel Picona, y quien fue el encargado de grabar el parto.
Esperanza, nombre que recibió la bebé, el mismo con el que los familiares de los obreros atrapados bautizaron el campamento donde esperan su rescate, nació hoy a las 12.12 hora local (16.12 GMT), y «de seguro traerá alegría a su padre y a sus demás compañeros», acotó Cristián.
Los familiares de Ariel que se encuentran en el lugar de la mina siniestrada dijeron a los periodistas que «Esperanza es una luz que a todas las personas que están en el lugar» les da «más fuerza».
Si bien «es un evento de mucha pena porque no va a estar con su papá, es a la vez como una lucecita que nos va a dar aquí a todas las familias esperanza, como dice su nombre», enfatizó uno de los familiares.
En tanto, los expertos en rescate señalaron que el denominado «Plan B», en el que se utiliza la perforadora T-130, que tuvo una avería cuando alcanzaban los 268 metros de profundidad, volverá a funcionar esta medianoche o mañana.
La «Schram T-130», que los familiares de los mineros llaman «la milagrosa» y cuyo taladro se rompió el pasado sábado al topar con un trozo de hierro, avanza a mayor velocidad que el «Plan A» con la máquina «Strata 950».
Esta última, que no ha tenido ningún inconveniente desde que comenzó a excavar, logró este martes los 283 metros, aunque a los 300 metros se le detendrá por algunos días para efectuarle manutención.