El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no debería ser extraditado por Suecia a Estados Unidos si existen riesgos de que se enfrente a un tribunal militar o a la pena de muerte, indicó el miércoles el ministro de Relaciones Exteriores australiano, Bob Carr.
Gran Bretaña decidió extraditar a Assange a Suecia para responder a acusaciones de agresión sexual, pero se ha refugiado en Londres en la embajada de Ecuador, país que le ha otorgado el asilo diplomático.
El canciller Bob Carr dijo que Sídney no podía intervenir en casos externos a su jurisdicción pero que Estocolmo había indicado que el periodista australiano probablemente no sea enviado a Estados Unidos.
«No es un tema de diplomacia australiana, es un tema de apoyo consular», indicó a la Australian Financial Review.
«Suecia ha indicado que no extraditará a nadie que se enfrenta a la pena capital o si se trata de un asunto militar o de los servicios secretos».
WikiLeaks ha pedido a Suecia que garantice que no extraditará a Assange a Estados Unidos, donde teme que ser procesado por la publicación por parte de la organización de miles de documentos sensibles estadounidenses, incluidos cables sobre las guerras de Irak y Afganistán.
Estocolmo no ha recibido ningún pedido de extradición por parte de Washington y tanto la legislación sueca como la convención europea de Derechos Humanos ratificada por Suecia prohíben la extradición de una persona a un país en el que podría enfrentarse a la pena capital.
Washington ha asegurado que no tiene nada que ver con la decisión británica de extraditar a Assange a Suecia.
Las revelaciones de Assange han polarizado a la opinión pública, entre aquellos que le consideran un héroe y los que aseguran que ha sido imprudente e irresponsable al publicar documentos confidenciales en Internet.
La antigua jefa de los servicios secretos británicos MI5 entre 1992 y 1996, Stella Rimington, dijo el miércoles que la iniciativa «ingenua» de Assange había puesto vidas en peligro.
Aunque también indicó que Estados Unidos debería haber protegido mejor sus documentos y señaló que la ironía del caso es que el resultado será que los gobiernos sean más cautos con sus secretos «lo cual debe ser absolutamente lo contrario a lo que pretendía WikiLeaks».