La espera mínima es media hora en la calle Carlos Mantilla, del barrio San José de Morán, al norte de la ciudad. Los buses pasan llenos y se torna caótico para aquellos que quieren dirigirse a sus lugares de trabajo en la mañana o al final de la jornada a su hogar. No cuentan con líneas de transporte público que los movilice ágilmente.
Según datos de la Empresa Movilidad, el 82% de los barrios de Quito cuenta con el servicio de transporte público y el 18% no lo tiene, en gran parte como consecuencia de la existencia de barrios que no están legalizados, o que el acceso hacia su sector es precario por las condiciones de las vías; esto conlleva a que buses de gran capacidad no puedan ingresar a calles pequeñas o muy angostas.
La situación actual del transporte público afecta a sectores ubicados en los exteriores del hipercentro. “Estas zonas son de crisis en transporte”, aseveró el director del Observatorio, Cristóbal Buendía. “Una media estándar aceptable es de dos personas por una oferta (opción de viaje), pero en esos lugares es de seis personas por una”, agregó.
A Luis Guerrero, quien vive en San José de Morán, le preocupaba porque solo tres líneas de buses cubren ese sector, a pesar de que las vías están en buen estado. “A ciertas horas los micros ya no llegan por lo que los usuarios tienen que tomar taxi o un carro particular para llegar a la casa”, explicó, al señalar que es necesario incrementar el número de automotores o el cambio de cooperativas, debido al pésimo servicio que prestan las actuales.
Betty Rivera, madre de familia, le preocupa porque toma mucho tiempo esperar un bus. Asegura que en los pocos que hay uno viaja amontonado y es maltratado. Por ello pide que se implemente el transporte municipal.