Miles de campesinos colombianos que se sienten perjudicados y mermados sus ingresos como consecuencia del aumento de las importaciones por los Tratados de Libre Comercio (TLC), firmados con Estados Unidos y la Unión Europea, mantienen un paro agrario indefinido que podría generar millonarias pérdidas no solo a Colombia sino también a Ecuador.
Por cuarto día consecutivo, cerca de 200.000 agricultores en Colombia, según sus líderes, se instalaron en improvisados campamentos en al menos 30 vías de once departamentos del país y en muchos casos impidieron el paso de vehículos particulares y de carga pesada hacia las fronteras de Ecuador.
El presidente de la Cámara de Comercio de Tulcán, Nelson Cano, indicó que de prolongarse el paro agrícola colombiano, en el caso del transporte internacional, las pérdidas diarias serían de 2 millones de dólares, mientras que en el transporte fronterizo entre Tulcán e Ipiales las pérdidas podrían llegar a 1 millón y medio de dólares diarios.
Los puntos más álgidos de las movilizaciones están en los departamentos de Nariño, al suroeste del país y fronterizo con Ecuador; y Boyacá, al noreste de Bogotá y desde donde ingresa gran parte de los alimentos para los 7,3 millones de habitantes de la capital colombiana.
Olga Reascos, presidenta de los comerciantes mayoristas de Carchi, explicó que aunque no hay impedimento para el cruce de peatones ni vehículos y se puede llegar hasta Ipiales, los comerciantes colombianos en su mayoría de Nariño y del Cauca no llegan a sus bodegas y esto significa pérdidas millonarias para el sector.
Productores en la quiebra
La protesta, que arrancó el lunes, con carácter indefinido, busca rechazar las políticas económicas del gobierno de Juan Manuel Santos.
El presidente de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria en Colombia, Ederto Díaz, en declaraciones para La Radio del Sur, indicó que por el TLC con la Unión Europea más de 400 mil lecheros se verán afectados, ya que habrá importación de este producto del exterior. Añade que lo mismo ocurre con los productores de maíz y arroz que «están quebrando» como consecuencia del TLC con Estados Unidos.
Ante esto, los agricultores exigen al gobierno la derogación de los TLC, la fijación de precios mínimos de sustentación a sus productos y una rebaja para los precios de los fertilizantes y las semillas. También piden mayor acceso a la propiedad de las tierras.
Al respecto, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tras expresar su respeto a los asuntos internos de Colombia y las políticas de su homólogo Santos, indicó que «los TLC solo benefician a los grandes negocios» y «perjudican siempre a los más pobres».
Entre el 15 de mayo de 2012, cuando entró en vigencia el TLC, y el pasado 31 de marzo, la facturación a Estados Unidos, sin incluir petróleo (cuyas ventas no se impulsan por el acuerdo), ascendió a 46.004 millones, para un incremento anual de solo 3,3%.
En tanto, las compras colombianas a los proveedores estadounidenses en el mismo periodo fueron de $13.249 millones, un alza de 13,6%. De esta manera, el superávit comercial de Colombia con Estados Unidos (la diferencia entre exportaciones que superan a las importaciones) se redujo por primera vez desde el 2007, y pasó de $8.991 millones en el 2011 a $8.527 millones en el 2012, según destaca una publicación del diario colombiano El Tiempo.