La petrolera estadounidense Chevron-Texaco reiteró hoy su pedido para que se anule el juicio ambiental que se sigue en su contra en Ecuador, mientras los demandantes sospechan que esa es una «cortina de humo» para evitar una eventual condena.
Chevron está demandada por un grupo de colonos e indígenas ecuatorianos a pagar una multimillonaria indemnización por el supuesto daño ambiental causado en la Amazonía, durante el tiempo en que extrajo crudo de esa zona, entre 1972 y 1995.
James Craig, portavoz de la petrolera, indicó hoy a periodistas en Quito que el caso debería ser anulado por la Corte de la provincia amazónica de Sucumbíos, porque es un «fraude» elaborado por los demandantes con el objetivo de «chantajear» a la compañía.
Craig basó sus declaraciones en unos vídeos en los que, aparentemente, los abogados acusadores organizan una serie de acciones para inducir el caso y crear la imagen de una supuesta gran contaminación dejada por Texaco en la Amazonía ecuatoriana.
Son pruebas obtenidas por vía judicial en Estados Unidos, donde se demuestra el supuesto «fraude», «colusión» y el desprecio de los abogados demandantes por el sistema judicial ecuatoriano, apuntó Craig.
El portavoz de la compañía aseguró que esas evidencias no deberían ser pasadas por alto por el juez que sigue la causa, Nicolás Zambrano, pues en ellas -dijo- se observan «actos dolosos» y «evidencias» que «invalidan el proceso».
No obstante, admitió que el caso, que se encuentra en una etapa final y que podría arrojar una sentencia este mismo año, podría condenar a Chevron al pago de unos 27.000 millones de dólares, que es la indemnización surgida de un peritaje que la compañía objeta.
Craig aseguró que entre las evidencias presentadas al juez hay pruebas de la parcialidad hacia los demandantes del perito Richard Cabrera, que evaluó el supuesto daño ambiental atribuido a Texaco.
Por ello, opinó que un eventual fallo en contra de la petrolera sería «ilegítimo», ante lo cual Chevron estudia varias posibilidades para apelar una posible condena, tanto en instancias ecuatorianas como en tribunales del exterior.
Iremos hasta «las últimas instancias» y no se descarta una «defensa en el exterior», añadió el portavoz de la petrolera, que también acusó a los abogados de los demandantes de inducir al Gobierno de Ecuador para «tomar partido» por ellos en el caso.
De su lado, Pablo Fajardo, abogado de los demandantes ecuatorianos, dijo que la petrolera pretende, con esas denuncias, crear «una cortina de humo», en un momento en que el juez ha dictado autos para emitir una sentencia.
El abogado rechazó de que haya «indicios de nulidad» del proceso, pero dijo que, «en todo caso, debe ser el juez el que lo determine» y no una de las partes.
La actitud de Chevron «no es nueva», pues ha intentado deslegitimar el proceso varias veces, dijo Fajardo, aunque, según él, la petrolera «no ha podido justificar su inocencia» sobre el daño ambiental que se le imputa haber dejado en la Amazonía.
Según Fajardo, Chevron ha tomado «incluso algunas bromas» o «frases metafóricas» usadas por los abogados, para tratar de «crear esta enorme cortina de humo».
El abogado dijo que el fondo del proceso es el «daño eminente» en la Amazonía por la supuesta acción de Texaco, que ha contaminado unas 480.000 hectáreas de selva y ha afectado la salud de miles de personas en esa región, incluidos «cinco pueblos autóctonos».
Los demandantes aseguran que Texaco arrojó sin ningún cuidado unos 18.000 millones de galones (68.000 millones de litros) de vertidos tóxicos, lo que habría causado daños irreversibles a la naturaleza y enfermedades graves a sus habitantes, incluidos casos de cáncer.
La compañía Texaco, comprada por Chevron en 2001, alega que sí cumplió con los convenios de reparación ambiental y que el juicio en su contra debe ser anulado.