Terminó el suplicio. A las 21:50 salió el último de los trabajadores del yacimiento San José, Luis Urzúa.
Familiares, autoridades chilenas y el mundo entero celebraron ayer el rescate de los 33 mineros que estuvieron atrapados por más de dos meses en el yacimiento San José, cerca de Copiapó (región de Atacama).
A las 21:50 (19:50 de Ecuador) terminó el suplicio de un país, con la salida de Luis Urzúa, el último de los 33 trabajadores que permanecieron en las entrañas del yacimiento desde el pasado 5 de agosto, tras un derrumbe.
“Le sirvo el turno como habíamos acordado el día en que tuvimos la primera conversación. Espero que esto nunca más vuelva a ocurrir. Gracias a todos”, dijo Urzúa.
“Recibo su turno y lo felicito porque cumplió con su deber, saliendo al último como un capitán. Nos sentimos orgullosos de todos y cada uno de los mineros”, le respondió el presidente Sebastián Piñera.
Apenas Urzúa llegó a la superficie, estos socorristas mostraron desde el fondo de la mina una pancarta que decía “Misión Cumplida”.
El rescate estaba programado, inicialmente, para que durara 48 horas, pero concluyó con éxito en menos de la mitad del tiempo previsto.
René Aguilar, uno de los ingenieros a cargo de las labores de rescate señaló que gracias a una “optimización” de los tiempos fue posible reducir el ciclo de salida de cada uno de los 33 mineros: de una hora, en que lo hicieron los primeros, a un rango de entre 45 a 50 minutos.
Mientras tanto, alrededor de la cápsula Fénix 2, que se encargó de llevar a la superficie a los mineros, y en el campamento Esperanza, donde se habían instalado los familiares de los obreros, las emociones de felicidad no cesaban. Se sumaba a este júbilo Piñera, y su esposa, la primera dama, Cecilia Morel.
Más de dos meses de angustia quedaron atrás, ayer, cuando Víctor Zamora se fundió en un largo abrazo con Jéssica Segovia, su esposa embarazada de cuatro meses de una niña que llamarán María Paz, tras salir de la cápsula que lo devolvió a la superficie.
Tras pasar la primera revisión médica, Zamora se entregó a los brazos de su mujer, que había permanecido junto a su hijo Arturo, de cinco años, a la espera de la llegada de su marido, al borde del ducto de 622 metros de largo y 66 de diámetro, por el que llegó desde las entrañas de la tierra.
El abrazo entre ambos fue largo y sentido ante el silencio de los rescatistas, paramédicos y periodistas.
Lágrimas, globos, confetis y vuvuzelas saludaron la extracción del primer minero, Florencio ávalos. La mina San José vivió escenas emotivas, como el largo abrazo de Florencio a su hijo Byron y la enérgica salida de Mario Sepúlveda al grito de: “¡Viva Chile, mierda!”, quien repartió piedras extraídas de la mina.
“Estuve con Dios y estuve con el diablo. Me agarré de Dios, tomé la mejor mano. Siempre supe que nos iba a sacar”, exclamó Sepúlveda antes de pedir: “No nos traten como artistas ni periodistas; quiero que me traten como minero. Quiero morir amarrado al yugo”.
Mario Gómez, de 63 años, el más viejo de los mineros, habló de su transformación en la mina: “Muchas veces tiene que pasarle algo a uno para recapacitar y entender que la vida es una sola, y entonces uno piensa que tiene que cambiar”.
“Yo cambié, soy un hombre distinto”, expresó Gómez al presidente Piñera, que estuvo al mando de todo el operativo de rescate y le visitó en el hospital de campaña instalado cerca de la mina.
Mientras tanto, el mundo entero siguió paso a paso el rescate, al igual que muchos presidentes de todos los continentes, quienes aplaudieron el rescate y enviaron felicitaciones al Gobierno chileno.
La salida de Florencio ávalos, quien fue el primero en llegar a la superficie a las 00:10 del miércoles (22:10 del martes en Ecuador), fue seguida en directo por televisión por mil millones de espectadores de todo el planeta.
Foto: http://www.larazon.com.ar/internacional/emocion-Chile-celebra-rescate-mineros_0_176700003.html