Al menos 12 personas murieron y 2.000 casas sucumbieron entre las llamas en el que ha sido definido por la presidenta de Chile como el «peor incendio» que ha azotado a la ciudad central de Valparaíso y que ya ha consumido 850 hectáreas.
Además, más de 10.000 personas han sido evacuadas por el fuego que se originó en la tarde del sábado y que aún no ha logrado ser controlado. Y es que, tal y como señaló el intendente (la autoridad regional) de Valparaíso, Ricardo Bravo, se conjugaron todos los factores para crear un «incendio perfecto».
«Lamentablemente las condiciones que se dan en un momento determinado y la variación del tiempo en que se produce, hace que esto sea el incendio perfecto. Hoy día ha pasado todo lo que generalmente cuesta mucho que se conjugue y por eso hemos llegado a este saldo que nos tiene a todos con el ánimo en el suelo», afirmó Bravo este domingo en declaraciones a Radio Cooperativa.
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La autoridad regional se refería así a la suma de varios años de sequía, que se ha vuelto más intensa este año, a unos vientos inusualmente fuertes y unas temperaturas muy altas para esta época del año, así como al lugar en el que se produjo el incendio y a la falta de cortafuegos.
Precisamente uno de esos factores, los fuertes vientos del Pacífico, hicieron rebrotar el domingo varios focos de fuego en la ciudad porteña.
«Hay doce personas fallecidas y esta cifra puede variar en la medida que evolucione la situación. Tenemos focos activos, con baja intensidad y menos complicado que anoche (sábado)», dijo a la prensa el ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, al hacer un balance de la situación la noche del domingo.
La presidenta Michelle Bachelet, quien viajó a la ciudad para supervisar los esfuerzos de ayuda que encargó al ejército, declaró estado de excepción y zona de catástrofe en áreas de la ciudad costera, ubicada a unos 140 kilómetros al noroeste de Santiago y donde está la sede del Congreso chileno.