En los últimos días ha existido una gran cantidad de sanciones, en distintos ámbitos, impuestas por Occidente a Rusia por la invasión a Ucrania. Dichas acciones han repercutido en la economía del país eslavo, aislándolo del resto de Estados. No obstante, China, mediante su portavoz Wang Wenbin, ha expresado su rechazo a las medidas y aclara que no está dentro de sus planes sancionar a Rusia.
Aún así, China es cauta, debido a su presencia en los mercados occidentales, no quiere parecer muy “amiga” de Rusia y ser sancionada. Beijing también ha expresado que se debe respetar la soberanía de otras naciones y que está en contra de las intervenciones armadas. Las relaciones comerciales entre China y Rusia representan cerca de USD146.900 millones, una décima parte de los USD1,6 billones que el gigante asiático comercia con la Unión Europea y Estados Unidos.
Además, China es un gran prospecto para el mercado energético ruso. Pero, por más ímpetu que haya, Moscú no está en capacidad de proveer el gas y el crudo inmediatamente. En enero firmaron un acuerdo por 30 años de suministro, aunque los ductos requeridos para el transporte no estarán listos al menos en 3 años.
En otros sectores comerciales también habrá incremento de intercambio entre China y Rusia. Por ejemplo, hace una semana, el país asiático anunció que permitirá importar trigo de todas las regiones de Rusia. A pesar de que los ingresos por este cereal no lograrán cubrir los agujeros de las sanciones del bloque occidental, es un incremento de capital para los agricultores rusos. Este anuncio vino acompañado de una advertencia. Todo el trigo que entre a territorio chino debe estar libre del hongo que había hecho que China evite este producto ruso.
Dado el panorama, es posible ver que Rusia cuenta con el apoyo, hasta cierto punto, de China. El gigante asiático ya ha dejado claro que no planea tomar el lado de Rusia en su invasión. También dice apoyar una solución al conflicto armado a través de la diplomacia y en “igualdad de condiciones”. Pero esto no quiere decir que China está dispuesta a verse afectada en sus relaciones comerciales y su presencia en otros mercados internacionales. Tampoco significa que Rusia podrá redirigir toda su producción al país asiático para salvar su economía.