Las cuatro centrales atómicas japonesas situadas en las zonas más afectadas por el terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que ha sacudido el este del país se clausuraron de forma segura, informó hoy el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
«Las cuatro plantas japonesas de energía nuclear más próximas al seísmo se han cerrado de forma segura», afirmó el OIEA en un comunicado difundido en Viena.
La agencia nuclear de la ONU agregó que estaba en contacto con las autoridades japonesas para recabar más información sobre las instalaciones nucleares más afectadas por el desastre natural.
El OIEA también ha ofrecido ayuda técnica a Japón en caso de que lo necesitase, pero «hasta el momento no hemos recibido ninguna respuesta al respecto», detalló a Efe un portavoz de la agencia.
El Gobierno japonés informó que once reactores nucleares han paralizado su actividad sin que se hayan producido fugas radiactivas.
Pese a asegurar que no hay constancia de «materiales radiactivos fuera de las instalaciones», Japón ha declarado el estado de emergencia de energía atómica, tal y como establece la legislación nipona ante este tipo de sucesos.
«Partes de las centrales nucleares se apagaron automáticamente tras el terremoto», relató en rueda de prensa el primer ministro nipón, Naoto Kan.
Un incendio próximo a la turbina del centro de generación de electricidad de Onawaga condujo a extremar las precauciones en ese lugar, pero, según la operadora de la planta, Tohoku, el fuego está controlado, no se ha producido ningún escape y no existe riesgo alguno.
«La central está parada», insistió Tohoku, que gestiona esta planta situada en la zona más afectada por el sismo, tras especificar que el fuego se originó sobre las 03.50 hora local (19.50 GMT), casi media hora después de que finalizase la fase más intensa de temblores.