El Consejo de la Judicatura de Transición (CJT) inauguró ayer sendos edificios que albergarán a los juzgados de la Niñez y la Familia en Milagro y Guayaquil. El presidente de la República, Rafael Correa, estuvo en los dos actos.
Las infraestructuras se construyeron en el marco del proceso de reestructuración de la justicia que se emprendió luego de la consulta popular del pasado 7 de mayo.
Durante su intervención, el Primer Mandatario destacó la importancia de los juzgados de este tipo. Dijo que el país tiene 1,5 millones de causas represadas en los tribunales; de ese universo, el 40% era de causas sobre niñez y familia.
Por esa razón, el CJT pretende triplicar el número de jueces de la Niñez y la Familia en Ecuador. Para cumplir con ese objetivo, en todo el país se construyen edificios para albergar a los nuevos magistrados.
CIDH
En su discurso, Correa contó que Ecuador ha firmado decenas de convenios internacionales sobre protección a la mujer y a los niños, pero que nunca se respetaron.
Citó también el caso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Este organismo, dijo, tiene siete relatorías especiales. Dos de ellas son sobre los niños y la mujer.
“¿Cuándo denunciaron sobre la falta de juzgados? ¿Dónde estaban cuando las madres pasaban años sin que su juicio se resuelva?”, se preguntó el gobernante.
Puso como ejemplo que con el juicio a El Universo se quejó la Relatoría sobre Libertad de Expresión de la CIDH. “¿Es que acaso existe supremacía de unos derechos sobre otros?”, cuestionó Correa.
El Jefe de Estado aseguró que le habría encantado leer informes internacionales sobre la falta de juzgados, y por ende de justicia, en los casos de niñez y familia.
Esta situación, añadió, comprueba que ciertos organismos están dominados por grandes capitales financieros de los medios de comunicación.
Los jueces que ocuparán los flamantes edificios fueron escogidos por concurso de méritos y oposición organizado por el CJT.
El titular del CJT, Paulo Rodríguez, quien a inicios de semana sufrió problemas de salud, destacó la celeridad con la que se han realizado los trabajos. En ese sentido agradeció a Katty Torres, directora de la empresa pública Inmobiliar. Esta entidad se encarga de administrar los edificios del sector público.
Los nuevos jueces se dedicarán exclusivamente a sus labores, por lo que ya no asumirán las tareas administrativas. Estas pasarán a manos de un director en cada edificio.
“Queremos dejar atrás el congestionamiento, la desconfianza y el desaprovechamiento del talento humano y de los recursos financieros”, explicó Rodríguez.
En ese sentido, Correa dijo que su gobierno prueba que lo público puede y debe ser mejor que lo privado. Puso como ejemplo que el edificio de Guayaquil se entregó con 35 días de antelación.
“La justicia hoy por fin está empezando a ser del pueblo ecuatoriano”, destacó el gobernante al recordar que en el pasado los jueces eran escogidos por los partidos políticos. Añadió que los pobres eran los más perjudicados en este aspecto en el país.