Mientras se celebraba en la casa comunal de Wapuiik una reunión de sus habitantes, llegaron alrededor de 20 miembros de la comuna peruana de Tzunguintza, ubicada en el límite fronterizo, para solidarizarse con sus hermanos del Ecuador.
El líder Kaisar Tanchi, informó que estos hermanos peruanos han llegado hasta este territorio en señal de luto, por las irreparables pérdidas ocurridas en la comarca y para buscar alguna solución a este problema que ha dejado 11 víctimas, según el Ministerio de Salud.
La comuna peruana –explicó el intérprete Froylán Sigcha- trajo además dos chamanes para buscar la cura a la enfermedad que aquí en Wampuik ha dejado 3 víctimas, una de ellas, hija de Pedro Shimpio, presente en la reunión y también renuente a completar sus dosis de vacuna.
Por esta razón, la concejala Sonia González, instó públicamente a Shimpio a que complete su dosis de vacuna antirrábica pues fue mordido el 28 de noviembre en el pie. “Le animo compañero Pedro a que complete su tratamiento”, acotó. En horas de la tarde, Pedro accedió a que le suministren la dosis.
Los brotes más significativos de rabia ocurridos en los últimos 15 años, se dieron en el 1997 en las comunidades de Numbatkaime y Kunkuki, de esta misma provincia, donde se reportaron 8 fallecimientos y el efectuado en Pastaza, comunidad Jatun Molino, donde hubo 4 decesos.
Según el Ministerio de Salud, en las cuencas amazónicas de Bolivia, Ecuador, Brasil y Perú es cada vez más frecuente el aparecimiento de rabia silvestre debido a los desequilibrios ambientales y ecológicos, lo que sumado al aumento de ganadería, ha incrementado la población de murciélagos hematófagos que suelen atacar también a los humanos.
Entre septiembre y octubre murieron alrededor de 30 reses en una de las comunidades afectadas, esta disminución de la población vacuna tuvo como consecuencia que los murciélagos buscaran otras fuentes de alimento, por lo tanto se produjo un incremento inusitado de mordeduras a seres humanos.