La audiencia de juzgamiento a los 27 miembros de la presunta banda delictiva denominada los “Mama Luchas”, conformada por 16 hombres y 11 mujeres, lleva cuatro días de desarrollo. Los acusados fueron detenidos el 12 de marzo del 2012 en el operativo “Avalancha”.
De los 200 testigos previstos, que en su mayoría son agentes de unidades especiales de investigación, apenas seis han subido al estrado.
Ayer, desde tempranas horas, en las afueras del Palacio de Justicia -en donde se lleva a cabo la diligencia- comerciantes de mercados del centro y sur de Quito gritaron consignas a favor de los detenidos, muchos de los cuales pertenecen a las familias Endara, Aldaz y Palacio, todos descendientes de la popular María Luisa Endara, alias “Mama Lucha”, quien por más de dos décadas atemorizó a los comerciantes de la capital en base al robo y la extorsión.
Con un fuerte resguardo policial, a cargo de miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), los procesados llegaron desde las cárceles de Guayaquil y Santo Domingo. Con ropas de colores llamativos y luciendo joyas como anillos, pulseras y aretes, las hijas de María Luisa Endara, quienes serían las cabecillas de la banda, ingresaron al auditorio, en medio de gritos y consignas como “somos comerciantes, no delincuentes”.
Durante la diligencia, la jueza Elizabeth Martínez, presidenta del Tribunal Séptimo de Garantías Penales de Pichincha, escuchó las versiones de los oficiales de Policía, quienes explicaron la relación entre los detenidos, así como las investigaciones bajo las cuales se establecieron presuntos nexos de asociación ilícita para cometer varios delitos.
Una de las actividades que alertó a la Policía, en febrero pasado, fue que el robo a domicilios en el sector de Cumbayá se incrementó de manera acelerada, llegando a registrarse 40 robos por día. El modus operandi utilizado llevó a los agentes hasta el nieto de la “Mama Lucha”, quien conducía una camioneta negra.
Por su parte la Fiscalía presentó documentos en donde se expusieron los antecedentes por robo, estafa y demás delitos, mostrando además que en todos los actos delictivos los procesados tienen relación, ya sea como cómplices, autores o encubridores.
Antes del receso del medio día, los ánimos de amigos y familiares subieron de tono, los gritos se hicieron más fuertes, y por momentos familiares de los detenidos ingresaban hasta el Palacio de Justicia a observar más cerca el desarrollo de la audiencia, pero sobre todo para identificar a aquellos policías que ingresaban a testificar.
Incluso dentro del auditorio los detenidos trataban de atemorizar a los oficiales, que -vestidos de civiles- presenciaban la diligencia. Otros, en cambio, mostraban los estudios y análisis que el Departamento de Criminalística habría realizado, con el fin de encontrar los indicios suficientes con los cuales posteriormente se realizaron los simultáneos allanamientos en varios sectores de la ciudad.
El fiscal José Jaramillo presentó de manera gráfica la supuesta relación entre los detenidos, quienes cuentan con uno o dos abogados.