Nuevos desalojos se realizaron este lunes en las invasiones del norte de Guayaquil. Las casas asentadas en la cooperativa Sergio Toral I y II quedaron en escombros.
Pero los habitantes de los asentamientos ilegales han desarrollado una nueva estrategia para no ser desalojados. Los pobladores dejan los enseres dentro de los domicilios de madera y cierran con candados sus puertas y ventanas para impedir la acción de los uniformados.
César Hurtado, comisario de Policía, quien lideró el operativo, dice que los habitantes de estos sitios tienen que presentar las denuncias caso contrario serán desalojados.
Los personas que habitan en esas casas reclaman a los presuntos traficantes de tierras, pero señalan que la mayoría de ellos han desaparecido.
Los denunciantes dicen que los terrenos fueron pagados en 800 dólares cada uno y se los cancelaba con el pago de 60 dólares mensuales.