El presidente de Ecuador, Rafael Correa, repudió lo que llamó «un intento de golpe de Estado de la oposición», al referirse a las protestas de policías que hoy se tomaron cuarteles y paralizaron actividades en rechazo a una ley que ellos consideran elimina el pago de bonificaciones y otros benificios.
Correa, quien se encuentra «atrapado» en el Hospital de la Policía en Quito repudió estos actos de «nuestra Policía Nacional, a la cual hemos ayudado como le consta a todo el país», dijo.
Correa explicó que en el hospital policial donde se encuentra, recibe tratamiento al haberse hecho daño en la pierna, y está rodeado por manifestantes que le impiden salir.
«Me dicen que han cercado los alrededores», dijo el propio Correa a la Radio Pública.
El hospital está rodeado de policías que protestan contra una reducción de sus beneficios salariales y que se ha enfrentado con la escolta presidencial que llegó a sacar al presidente del hospital.
Dicha casa de salud se encuentra junto al Regimiento Quito, al que Correa acudió más temprano para tratar de calmar a los uniformados y llegar a un acuerdo para que depongan la medio, intento que resultó infructuoso.
Allí se dirigió a ellos, pero cuando se quiso ir la multitud presionó a su escolta, que le rodeaba. «En el tumulto se me dobló la pierna», dijo Correa, que acaba de ser operado en la rodilla derecha.
«Me tuvieron que ingresar al hospital… Estoy con un suero y con tratamiento en la pierna y analgésicos», añadió.
«Nos dispararon bombas lacrimógenas, al presidente de la república», dijo indignado y relató que una de ellas explotó a poca distancia de él.
«Hubo una bomba que explotó a pocos centímetros de mi rostro que nos aturdió a mí y a mi escolta por varios minutos, me tuvieron que dar una cámara antigas y también trataron de quitármela», explicó.
«Ya prácticamente no podía respirar y a hombros me tuvieron que ingresar al hospital policial», agregó.
Correa explicó que ha habido «una desinformación total» sobre la ley y reiteró que se trata de una conspiración en contra del Gobierno. «Esta es una conspiración permanente que hemos tenido. En algún rato iba a explotar, en algún rato se generaba una mentira creíble y lamentable ha desbocado en actos inadmisibles».
«Va más allá de un simple reclamo, es una conspiración que se ha venido preparando desde hace mucho tiempo», reiteró.
«Prefiero estar muerto», dijo Correa al insistir en que defenderá sus principios y que no dará marcha atrás. «Si quieren que vengan a buscarme», dijo.