La investigación difundida por el diario El Telégrafo sobre el millonario perjuicio ocasionado al estado por fallas en la construcción de la terminal terrestre de Guayaquil, en el que estarían vinculados directivos del matutino guayaquileño El Universo, ha generado un cruce de acusaciones con el régimen.
El Universo ha afirmado que los señalamientos ya fueron juzgados y ha recurrido al argumento de que el Gobierno pretende coartar la libertad de expresión. Mientras el presidente Rafael Correa aseguró que lo que quiere es precisamente que el diario no se silencie sino que diga dónde está el dinero con el cual fue perjudicado el Estado en el año 1978, que ascendería a 100 millones de dólares.
Desde la ciudad fronteriza de Huaquillas (sur del país), Correa aseveró anoche que el Gobierno garantiza la libertad de expresión a todos, pero también pone en evidencia a quienes se han puesto sus negocios de comunicación para lucrar y hacer lo que le da la gana con la libertad de expresión; “eso es libertad de manipulación y libertad de empresa”.
El Universo ha recibido el respaldo y la solidaridad de gremios de prensa locales e internacionales. En un editorial, El diario argentino La Nación sostiene que Correa “desde hace cuatro años ya, persigue arbitrariamente al diario El Universo, uno de los de mayor circulación de su país, que ya ha cumplido 90 años de vida ejemplar”.
No obstante, la investigación divulgada por El Telégrafo evidencia que Carlos Pérez Perasso, fallecido director de El Universo, y sus hijos Carlos Pérez–actual director del diario- y César, María, Rosa y Priscila Pérez Barriga, eran accionistas de la empresa Inamasa, subcontratada por Matricsa responsable de la fabricación de las lozas y vigas que después presentaron fallas.
En declaraciones a El Telégrafo, Sucre Pérez, primo del fallecido director de El Universo reconoció que existió un negociado en la construcción de la terminal terrestre y señaló que por oponerse a esa situación fue despojado de las acciones del medio informativo.
Sucre Pérez calificó como “un recuerdo doloroso” la investigación difundida por el medio público y dijo que fue “atropellado por quienes torcieron la línea recta de nuestros ancestros y valiéndose de una mínima mayoría me obligaron a transigir y venderles mis acciones”.
El miércoles, el periodista Rafael Cuesta Caputi solicitó a la Fiscalía del Guayas, una diligencia preprocesal en contra del diario El Universo por considerar que existe “la presunción de injuria calumniosa en mi contra”, según señala el escrito presentado por su abogado Jorge Sosa.
Cuesta señaló que existiría presunción de injuria calumniosa en su contra puesto que se le estaría imputando falsamente el cometimiento de un delito, en un editorial publicado el jueves 2 de junio bajo el titulo “No callaremos, señor presidente”.
En este textualmente se dice lo siguiente: “El enorme pulpo de medios de comunicación del Gobierno, diarios, canales de televisión y radios, se ha empeñado en estos días en difundir un pasquín que se publicó hace veinte años, sin firma de responsabilidad, y que luego sirvió para apoyar las falsedades de un diputado socialcristiano que también buscaba difamar. Nuestro padre contestó en aquella ocasión todas las mentiras”, lo cual le sirve a Cuesta Caputi, como antecedente para hacer un petitorio a la Fiscalía.